Actor y director teatral francés. Considerado entre los mejores actores franceses de su tiempo, fue una de las figuras más bulliciosas de la escena gala, en la que introdujo a su hijo, el célebre actor y dramaturgo Sacha Guitry.
En 1876, con apenas dieciséis años de edad, se matriculó en el Conservatorio parisino para hacer su debut sobre las tablas dos años después, en una puesta en escena de La dama de las camelias. Dio inicio así a una brillante trayectoria profesional que, en pocos años, le condujo hasta el Teatro San Miguel de San Pertersburgo, en cuyo escenario pasó nueve años, aclamado ya como uno de los mejores de toda Europa. Tras estos éxitos, a su regreso a Francia fue nombrado director del parisino Teatro de la Porte de St. Martin, y poco después pasó a regir, también en la capital gala, el famoso teatro de la Comédie Française
Con la llegada del siglo XX entró en la plantilla fija de actores del Teatro de la Renaissance, cuya dirección también ocupó entre 1902 y 1909. Precisamente en este último año fallecieron los dos hermanos Coquelin, Benoît-Constant y Ernest, con lo que Lucien Guitry fue aupado en el sentir de críticos y espectadores al puesto cimero de la escena gala, lugar que ya no habría de abandonar hasta la fecha de su muerte. De forma unánime se alabó su exquisita naturalidad, plasmada en unas representaciones que, por su moderación en el gesto, se adelantaban en muchos años a las pautas habituales en la época
Al frente del mencionado Teatro de la Renaissance, el director parisino cosechó grandes aplausos por los montajes de algunas de las principales obras de Anatole France y Émile Zola; además, se encargó de la puesta en escena de varias de las piezas teatrales escritas por su hijo Sacha
(Alexandre Guitry, llamado Sacha Guitry; San Petersburgo, 1885 - París, 1957) Dramaturgo y actor francés. Hijo del célebre actor Lucien Guitry, heredó no su talento pero sí su capacidad para cautivar a los espectadores de los teatros parisinos, como eficaz intérprete de obras escritas casi siempre por él mismo. Empezó como autor teatral en 1902, y obtuvo su primer éxito en 1911 con El guardián nocturno. Fue el primero de una larga serie de éxitos que más tarde le llevaron también al cine.
Sus obras suelen ser comedias ligeras, que aceptan generalmente las convenciones del repertorio del "boulevard" (innumerables variaciones sobre el tema del adulterio, de la pareja y de la vida social), pero supo dotarlas de una hábil escenografía y agudeza verbal, y tuvo una especial capacidad para dibujar a los personajes con una auténtica y sutil concreción. Algunos títulos destacables son La toma de Berg-op-Zoom, Faisons un rêve (1916), L´illusionniste (1917), Mon père avait raison (1919), Le grand-duc (1921), Un sujet de roman (1923), Désiré (1927) y Un tour au Paradis (1933).
Escribió además algunos guiones novelados sobre la vida privada de personajes ilustres, como Jean de La Fontaine (1916), Deburau (1918), Mozart (1928) y Franz Hals (1931); una novela de lectura amable, Las memorias de un tramposo, y algunos libros de memorias: Lucien Guitry (1930), con el título Lucien Guitry racconté par son fils en 1954, y Si j´ai bonne mémoire (1934). El éxito le acompañó durante toda su vida, aunque las comedias firmadas por él acabaron siendo meros pretextos para demostrar sus dotes histriónicas
En 1935 hizo sus primeras armas en el cine, en el que fue director, argumentista y actor de numerosas películas, como Le roman d´un tricheur, Les perles de la couronne (1937), Champs Elysées (1939) y Si Versailles m´était conté (1954). Aunque fue acusado de colaboracionismo durante la ocupación nazi, el gobierno lo absolvió en 1947