Astrónomo norteamericano. Hijo de padres acomodados, ya en su juventud demostró una aptitud y una pasión notables por las Ciencias físicas experimentales. Estudió en el Politécnico de Massachusetts y en la Universidad de Harvard, en Cambridge, y luego en varios centros universitarios y observatorios europeos.
En 1889, mientras se encontraba en el Observatorio de Harvard, inventó ya el primer modelo de espectroheliógrafo, que pudo perfeccionar algunos años después, y con el cual obtuvo interesantes fotografías monocromáticas del Sol con luz de calcio e hidrógeno. Tal invención y sus aplicaciones al estudio de las perturbaciones solares dieron lugar a importantes textos publicados por Hale en el periódico científico por él mismo fundado, Astronomy and Astrophysics, que transformó luego en Astrophysical Journal.
En 1892, con los medios que le proporcionara el mecenas C. T. Yerkes, fundó, no lejos de Chicago, el Observatorio Yerkes, al cual proveyó de un refractor con un objetivo de un metro de abertura; este aparato sigue siendo aún hoy el mayor telescopio del mundo de su tipo; con él, Hale y sus colaboradores pudieron llevar a cabo importantes investigaciones sobre la física solar, gracias al espectroheliógrafo adjunto, y en el ámbito de la espectroscopia estelar.
Hale dotó asimismo al Observatorio Yerkes de un telescopio horizontal con el que fue estudiado singularmente el espectro de las manchas solares, cuya menor temperatura respecto de la de la fotosfera determinó. En busca de condiciones meteorológicas mejores que las del norte de los Estados Unidos, estudió las de California y, con sus fieles colaboradores Adams y Ellerman, se estableció en el monte Wilson, para dedicarse, en particular, a las observaciones del Sol. Por aquel entonces, la Fundación Carnegie le concedió importantes recursos económicos para la construcción de un gran observatorio en la cumbre del monte Wilson, en Sierra Madre y a 1.742 metros sobre el nivel del mar.
Desde 1908, tal centro de investigación astronómica se desarrolló rápidamente; Hale hizo construir para el mismo dos torres solares o telescopios verticales, destinados precisamente a las investigaciones sobre la física del Sol, y dos reflectores con espejos parabólicos de 1,50 y 2,50 metros de abertura. Con las torres solares descubrió, entre otras cosas, los remolinos de las manchas del Sol y los campos magnéticos propios y el general del astro. Gracias a los dos reflectores, los colaboradores de Hale pudieron realizar investigaciones y descubrimientos importantes sobre la estructura del Universo.
El impulso del astrónomo dio lugar, en la ciudad de Pasadena, al pie del monte Wilson, al establecimiento no sólo de un laboratorio astrofísico, sino también del Politécnico Calthec, el cual, asimismo por iniciativa de Hale y con los recursos de la Fundación Carnegie, fue provisto del mayor telescopio reflector del mundo, con un espejo de cinco metros de diámetro; se halla situado éste en el monte Palomar, unos 150 kilómetros al sur de Pasadena, también junto al litoral del Pacífico y en un lugar especialmente adecuado para las observaciones astronómicas.
Sus condiciones de salud no permitieron a Hale mantener la dirección del observatorio de Monte Wilson ni ver completados los trabajos del nuevo, el de Monte Palomar. Nuestro astrónomo publicó numerosos textos en diversos periódicos científicos e incluso en revistas de divulgación. Su libro Estudios sobre la evolución estelar reúne, precisamente en forma asequible, los puntos más relevantes de su labor
(Dolínek, 1835-Praga, 1874) Escritor checo. Junto con Jan Neruda, fue una de las figuras más representativas de las letras checas del s. XIX. Destacan sus poemas épicos (Goar, 1864; Los epígonos de la Montaña Blanca, 1869) y sus colecciones de poesía popular (La virgen de los Tatras, 1871; Cuentos de nuestra aldea, 1874)