Fundador de la secta de los Asesinos. Muy joven aún, se adhirió a la secta ismaelí. En 1072 se trasladó a Egipto para luchar contra el califa. En 1090, en la fortaleza de Alamut, fundó y organizó la secta de los Asesinos, de la que llegó a ser gran maestre en 1107. Hasan escribió muchas obras en persa, destruidas luego por los mongoles en 1256
(Rabat, 1929-id. 1999) Rey de Marruecos. Tras cursar estudios de derecho en Burdeos, fue nombrado comandante de las fuerzas armadas marroquíes (1955), y posteriormente diputado (1960). A la muerte de su padre, el monarca Muhammad V (1961), le sucedió en el trono. Sus primeros años al frente del país fueron especialmente difíciles, debido a la fuerte oposición de las fuerzas populares, a las que se enfrentó en reiteradas ocasiones. Para zanjar cualquier tipo de rebelión, en 1965 decretó el estado de excepción, lo cual le permitió reinar autoritariamente y sin oposición.
A partir de 1970, fecha en que la situación se estabilizó, introdujo leves reformas democráticas. Promulgó una nueva Constitución (1970) e instituyó un nuevo Parlamento, aunque dotado de escasas atribuciones. Tras los atentados de que fue objeto en 1971, 1972 y 1973, de los cuales salió indemne, se hizo cargo personalmente de las fuerzas armadas.
En 1975, con la intención de mostrar el apoyo popular a la causa y, por extensión, a su propia persona, organizó la denominada «Marcha verde» sobre el Sáhara Occidental, que fue ocupado por 100.000 civiles desarmados y obligó a la población saharaui a buscar refugio en Argelia. Dicho territorio, a la postre repartido entre Mauritania y Marruecos, pidió posteriormente la celebración de un referéndum de autodeterminación supervisado por la ONU, al que Hasán II se opuso desde el principio.
En política exterior, su línea de actuación se caracterizó por un acercamiento a las potencias occidentales, en especial Estados Unidos, y un apoyo ambiguo a la causa árabe. En este sentido cabe destacar el abandono de Marruecos de la O.U.A, en 1984, la dimisión del monarca como presidente de la Liga Árabe, en 1986, la posterior reconciliación con Argelia y la entrada de Marruecos en la Unión del Magreb Árabe en 1989.
En 1992 convocó un referéndum que aprobó una nueva Constitución, en la cual se advertía una leve democratización del espectro político, si bien marginaba, a instancias de los países occidentales, a los grupos integristas islámicos. Así mismo, y con intención de beneficiarse de las ayudas de la UE, a mediados de la década de 1990 instauró una política intervencionista en lo referente al tráfico de estupefacientes elaborados en Marruecos y a la salida del país de inmigrantes ilegales