Atleta español. Su padre, también atleta, fue campeón de Castilla. En su juventud trabajó de albañil (para ejercer esta profesión se tenía que desplazar a diario 15 km) y entrenaba en las pocas horas libres de que disponía. Su primera victoria se produjo a los diecinueve años, en la primera carrera seria que disputó. En 1964 consiguió el segundo puesto en el cross de las Naciones celebrado en Dublín y ese mismo año se convirtió en el primer atleta español que bajó de los 30 min en los 10.000 metros. Participó en los Juegos Olímpicos de México 68, Múnich 72 y Montreal 76. Consiguió la mejor clasificación en las Olimpiadas de Múnich, con un cuarto puesto en los 10.000 m, después del finlandés Viren, el belga Puttemans y el etíope Yifter. En 1973 volvió al campo a través y se proclamó subcampeón del mundo en el Cross de Warengem, titulo al que siguieron los logrados en Monza 1974 y Rabat en 1975. Su declive comenzó a partir de 1976, después de ocupar la sexta posición en los 10.000 de los Juegos Olímpicos de Montreal. Su despedida de los podios fue con la medalla de oro de los Campeonatos de España de cross de 1977.
(Luis Méndez de Haro, Mariano y Guzmán; Valladolid, 1598-Madrid, 1661) Político español. Sobrino del conde-duque de Olivares, sucedió a su tío como valido de Felipe IV, a quien le unía una estrecha amistad. Aunque en principio el monarca se negó a concederle el cargo de primer ministro, ejerció una amplia autoridad tanto en el gobierno como en las relaciones diplomáticas. La fortuna no le favoreció demasiado, sin embargo, en las gestiones que debió emprender; en plena decadencia de la España de los Austrias, negoció la firma del tratado de Westfalia en 1648 y la del tratado de los Pirineos en 1659. Este último acuerdo, que le valió su nombramiento como primer ministro, supuso para España la pérdida definitiva del Rosellón y parte de la Cerdaña, además de un buen número de territorios en los Países Bajos. La paz de los Pirineos terminó con una guerra que el Estado no podía sostener. La mediación de Haro también puso fin a la guerra de Secesión de Cataluña, pero en 1658 las tropas españolas fueron derrotadas por las portuguesas en Elvas