Actriz estadounidense. Su nombre completo es Olivia Mary de Beauvoir de Havilland. Nació en Japón, donde trabajaba su padre, profesor de universidad. A los dos años, por su frágil salud, ella y su hermana pequeña (Joan Fontaine) marcharon con su madre a Nueva York. Empezó a actuar en teatro de aficionados y poco a poco fue afianzándose en el escenario, hasta la representación de El sueño de una noche de verano, que le abrió las puertas del cine.
Su primera película, Alibi Ike, de 1935, pasó desapercibida, pero la Warner le ofreció un contrato de siete años. Su primer gran éxito fue El sueño de una noche de verano en 1935, al que siguió El capitán Blood el mismo año, película en la compartió reparto con Errol Flynn. La pareja trabajó en varias películas más. El gran éxito mundial llegó con Lo que el viento se llevó en 1939, donde interpretó a Melania, un papel de joven sacrificada que la hizo famosa; por este trabajo fue nominada al Oscar a la Mejor Actriz de Reparto.
Siguieron varios papeles de éxito, en los que la actriz consiguió demostrar su capacidad para los personajes dramáticos. En 1945 entabló el famoso pleito contra la Warner, que duró dos años, y en el que consiguió que su contrato no se pudiera prorrogar sin su consentimiento
Los personajes de Olivia De Havilland fueron en su mayoría jóvenes atractivas muy tímidas, perfectas damas de exquisita educación que descubren el amor, capaces de realizar sacrificios. Entre sus películas destacan La carga de la brigada ligera (1936), Robin de los bosques (1938), Si no amaneciera (1941, nominada al Oscar a la Mejor Actriz), La vida íntima de Julie Norris (1946, Oscar a la Mejor Actriz), Nido de víboras (1948, nominada al Oscar a la Mejor Actriz), La heredera (1949, Oscar a la Mejor Actriz), El rebelde orgulloso (1958) o Canción de cuna para un cadáver (1964)
(Llamado Havel Borovsky; Borová, 1821-Praga, 1856) Escritor y periodista checo. Viajó por Rusia y, a su retorno, escribió Imágenes de Rusia (1904). Fue creador del moderno periodismo político en su país: El espíritu del diario nacional (1851) y Epístolas de Kutna Hora (1951) sobresalen junto a sus poemas satíricos El rey Lavra (1854) y El bautismo de san Vladimiro (1876)