Médico neurólogo que fue Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1949 junto al portugués Moniz por sus investigaciones del sistema nervioso central. Su padre, médico de profesión, le permitió desde muy joven familiarizarse con los aparatos de su consulta. También adquirió pronto el hábito de la observación científica, despertado en él cuando contemplaba el paisaje alpino que rodeaba su ciudad natal. En 1900 completó el bachillerato e ingresó para estudiar Medicina en la Universidad de Zurich, en la que obtuvo su título de doctor en 1906.
Aunque sus primeros pasos fueron como ayudante cirujano, y después se especializó en oftalmología, a los treinta años decidió dedicarse a la investigación en el campo de la fisiología. Tras estudiar en Alemania con el profesor Verworn, en 1917 fue nombrado director del Instituto Fisiológico de Zurich, donde desarrolló todo su trabajo de investigación y académico hasta 1951.
En 1919 visitó Inglaterra para observar los métodos de trabajo y técnicas utilizados por los más eminentes fisiólogos del momento, entre los cuales se contaban Frederick G. Hopkins, Charles S. Sherrington y Henry H. Dale (futuros Premio Nobel en Medicina). Su interés se centraba al principio en la hemodinámica y la regulación de la respiración, pero más tarde se volcó en el estudio del sistema nervioso que regula las funciones vegetativas. Esto implicaba una profunda investigación del diencéfalo (tálamo o hipotálamo), la parte del cerebro donde residen dichas funciones, a cuya localización contribuyó Hess de manera decisiva mediante un mapa del cerebro.
A pesar de la falta de recursos materiales, continuó las investigaciones, en las cuales contó con la estimable ayuda del profesor K. Akert quien, años más tarde, dirigió el departamento de neurología de la Universidad de Zurich. En sus experimentos, Hess utilizaba gatos previamente anestesiados a los que hacía pasar una leve corriente eléctrica: con ello conseguía estimular pequeños grupos de células localizadas en la parte media del cerebro, responsables de funciones como el sueño, la respiración o la rabia. Entre sus obras destacan un Atlas de neurofisiología (1956) y Aspectos biológicos de la Psicología (1962), donde estableció relación entre la fisiología y la psicología
(Calw, 1877 - Montagnola, 1962) Novelista alemán que en ocasiones utilizó el seudónimo de Emil Sinclair; obtuvo el premio Nobel en 1946. Vástago de una familia de misioneros pietistas, fue destinado al estudio de la teología y enviado en 1891 al seminario de Maulbronn.
Hermann Hesse
De allí se fugó en 1894 e hizo el aprendizaje de relojero en Calw. En 1895 fue aprendiz de librero en Tubinga y trabajó como tal en Basilea a partir de 1899. Después del éxito de Peter Camenzind (1904) se instaló a orillas del lago de Constanza dedicado a la literatura. En 1911 viajó a la India, más tarde se fue a vivir a Berna y finalmente a Montagnola, cerca de Lugano
Peter Camenzind (1904) puede ser considerada un arquetipo del género conocido como "novela de formación", de escritura reflexiva y melancólica, sobre un joven que llega del campo a la ciudad para acabar huyendo de la cultura urbana y regresar a la naturaleza y la vida sencilla. En esa misma línea, Bajo la rueda (1906) expresa la rebelión contra la autoridad.
Pero el título que marca el paso del ecuador dentro de la obra de Hesse es sin duda Demian (1919), cuyas primeras ediciones se publicaron bajo el seudónimo Emil Sinclair y con el significativo subtítulo "Una historia de juventud": escrita en medio de una profunda depresión, la novela es sin embargo un canto a la amistad, al arte y a la vida. Siddharta (1922), diametralmente distinta, recoge la experiencia del autor en la India y se convertiría, una generación más tarde, en el libro de cabecera de los primeros "hippies", difusores en Occidente de la cultura budista.
El lobo estepario (1927) es acaso el más célebre de los títulos de Hesse e inicia sin duda la etapa de madurez de su obra: está construido a partir de las notas póstumas del artista Harry Haller, introducidas por los comentarios de un editor, y es un lúcido análisis sobre la locura de una época en la que muere lo viejo sin que haya nacido algo nuevo. Narciso y Goldmundo (1930), situada en una imprecisa alba del Renacimiento, presenta la contraposición de Narciso, el monje ascético, y Goldmundo, el artista, en una escuela monástica, donde traban amistad. Es la confrontación entre el mundo paterno, encarnado en el logos y la ciencia, y el arte maternal, que no representa una certeza sino una búsqueda de por vida.
El juego de los abalorios (1943), cierra lo que puede entenderse como una trilogía de culminación de la obra de Hesse, a través de un nuevo intento de reunión (los abalorios) del mundo de las artes y de las ciencias: un auténtico resumen de los esfuerzos anteriores del autor por reflejar la inquietante dualidad entre el pensamiento y el espíritu. Siguieron luego colecciones de cuentos, relatos y meditaciones, y en 1951 la antología literaria de este educador humano, que une la interioridad de la lucha sostenida para la existencia del espíritu, consciente de su propia responsabilidad, con la advertencia dirigida a su misma época en peligro y al pueblo alemán. La edición completa de las obras de Hermann Hesse, en seis tomos, apareció en 1952