Industrial francés. Cursó estudios de física y realizó diversos experimentos sobre máquinas de vapor. Determinó el equivalente mecánico de la caloría, basándose en el calentamiento del plomo al chocar con un cuerpo. Escribió Exposición analítica y experimental de la teoría mecánica del calor (1862), obra que constituye uno de los primeros tratados sistemáticos de termodinámica
(Showa Tenno) Emperador del Japón (Tokyo, 1901 - 1989). Era hijo primogénito del emperador Yoshihito, al cual sucedió en 1926. Recibió una educación nacionalista y tradicional bajo la tutela de los militares, y completó su formación con un viaje sin precedentes a Europa occidental, que le causó gran impresión. Al regresar de aquel viaje hubo de asumir la regencia en nombre de su padre, aquejado de una enfermedad mental (1921).
Muerto Yoshihito, Hirohito fue coronado en 1926, adoptando para su reinado el nombre de Showa («Paz y armonía»). Hubo de hacer frente al ascenso del poder de los militares, que desde 1927-31 impulsaron la penetración japonesa en Manchuria, mientras promovían en el interior conspiraciones tendentes a sustituir los gobiernos de partido por una dictadura militar bajo la cobertura del emperador.
Hirohito, inclinado a comportarse como un monarca constitucional al estilo europeo, luchó mientras pudo contra esas tendencias, castigando a los culpables (especialmente con ocasión de la insurrección militar de 1936). Sin embargo, atenazado por el temor a perder el Trono, acabó por admitir la política imperialista que impusieron los militares desde que estalló la guerra con China (1937), así como el alineamiento con la Alemania nazi y el ataque a Estados Unidos, que hicieron entrar a Japón en la Segunda Guerra Mundial (1941).
Durante toda la contienda permaneció en su palacio de Tokyo, sufriendo los bombardeos para compartir la suerte de sus súbditos; y fue él quien, después de que los americanos lanzaran las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, impuso la inevitable rendición en 1945 y la anunció por radio a los japoneses.
Contra todo pronóstico, los aliados aceptaron el criterio de MacArthur de mantener al emperador como garantía de estabilidad y de reconstrucción del Japón vencido. Se abría así una época de grandes reformas, que se inició con la declaración pública de Hirohito de su carácter humano, que acababa con la ficción de la monarquía sagrada tradicional (1946); durante la ocupación norteamericana, la democratización del Japón le obligó a realizar un gran esfuerzo personal, asumiendo un papel meramente simbólico sin influencia política efectiva y saliendo de la corte para conocer directamente la realidad del país.
Adaptado a la nueva situación, presidió un proceso de occidentalización y de crecimiento económico espectacular, refugiándose en el estudio de la biología marina, en la que llegó a ser especialista. Fue el primer emperador japonés que viajó al extranjero (a Europa y Estados Unidos, en los años setenta). Al morir le sucedió su hijo Akihito