Inca del Perú . Heredó el Imperio Inca de su padre, Túpac Yupanqui, en 1493. Tras luchar contra sus hermanos para asentarse en el Trono, desarrolló varias campañas militares en el norte, que condujeron al imperio a su máxima extensión, incorporando amplios territorios en torno a Cajamarca y Quito. Para asentar su dominio sobre esa zona se casó con una quiteña y trasladó la Corte imperial de Cuzco a Quito, desplazando así hacia el norte el centro político del Imperio. Aunque hubo de sofocar varias revueltas, en general el reinado de Huayna Cápac fue un periodo de estabilidad, que permitió la construcción de grandes templos y obras públicas. Sin embargo, facilitó la descomposición del imperio al dividir la herencia entre su hijo legítimo Huáscar (al que legó la parte sur, con capital en Cuzco) y su hijo predilecto Atahualpa (al que hizo rey de la parte norte, con capital en Quito). Desde 1523 tuvo noticia de la presencia en Sudamérica de los españoles, encabezados por Alejo García; fueron probablemente ellos quienes extendieron la epidemia de origen europeo por la que murió el propio inca. Siete años después, el enfrentamiento entre sus dos hijos permitió la dominación del Perú por el reducido ejército de Pizarro
(Jenö Huber; Budapest, 1858-1937) Violinista y compositor húngaro, considerado uno de los maestros del violín de su época. Comenzó a estudiar música con su padre Karoly Huber, que era profesor del Conservatorio de la capital húngara y director principal del Teatro Nacional de Hungría. Hubay debutó con éxito en 1872 interpretando el Concierto en La menor de Viotti. Al año siguiente se trasladó a Berlín, donde permanecería tres años estudiando violín con Joseph Joachim y composición con Benno Hartel.
Tras su regreso a Budapest, Friedrich Volkmann y Liszt influyeron de forma importante en su carrera. Dio recitales con este último en Budapest, en los que interpretaron a menudo la Rapsodia nº 12 del compositor húngaro y la Sonata Kreutzer de Beethoven. Siguiendo el consejo de Liszt, Hubay viajó a París donde debutó con éxito en 1878 y en cuyos salones musicales fue un invitado de excepción. Asimismo, dio numerosos recitales en Francia, Inglaterra y otros países europeos.
En la capital francesa trabó amistad con Henri Vieuxtemps, que quedó impresionado por su talento y le animó a orquestar su Concierto para violín nº7. Además, el músico francés le proporcionó un puesto de profesor en el Conservatorio de Bruselas que él mismo y Wieniawski habían ocupado anteriormente. Hubay asumió el puesto en 1882 y cuatro años más tarde aceptó el cargo de jefe del departamento de violín en la Academia de Música de Budapest, institución que además dirigió entre los años 1919 y 1934. Entre sus alumnos se encontraban notorios violinistas como Istvan Partos, Erna Rubinstein, Joseph Szigeti o Jelly d´Aranyi, lo que convirtió la Academia en un prestigioso centro para el estudio del violín
A partir de la década de los ochenta, y tras varios años dedicados casi de lleno a la pedagogía, Hubay realizó numerosas giras por Europa con pianistas como Backhaus o Dohnányi. En 1886 formó un cuarteto que llevaba su nombre y con el que estrenó diversas obras de Brahms en presencia del propio compositor. En la primavera de 1919, Hubay se trasladó a Suiza con su familia, pero meses después volvió a su ciudad natal y continuó con su puesto en la Academia de Budapest hasta 1936. En las últimas décadas de su vida, se convirtió en una figura destacada en el ambiente musical y en la aristocracia húngaras y fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Kolozsvar (hoy Cluj-Napoca, Rumanía).
Su estilo musical tiene claras influencias de los franceses Vieuxtemps y Massenet, así como ciertas resonancias de la obra de R. Strauss y Debussy. A pesar de estar firmemente inscritas en la tradición romántica europea, muchas de sus composiciones utilizan también temas populares húngaros. De su obra cabe destacar dos centenares de piezas para violín y una gran cantidad de obras vocales entre las que se encuentran Lieder, melodías y canciones húngaras.
Como compositor de música escénica, recreó el mundo del teatro popular en óperas como A falu rossza y Lavotta szerelme. Su ópera A cremonai hegedus (El constructor de violines de Cremona) fue la primera ópera húngara estrenada en América (1897). Publicó también revisiones digitadas de piezas para violín de R. Kreutzer, J. S. Bach, Paganini y Rode