Noble francés de la familia de los Welf. Primo de Carlos el Calvo, a la muerte de Roberto el Fuerte se convirtió en duque de Neutria. Desde la llegada al trono de Luis el Tartamudo en 877 hasta 885 dirigió en la práctica el gobierno de Francia
(?, 938-París, 996) Rey de Francia (987-996). Hijo de Hugo el Grande, estaba casado con la carolingia Adelaida de Poitou. Su familia pertenecía a los «robertianos», los condes de París, que en el siglo IX habían disputado la corona a los debilitados reyes carolingios. Fue proclamado rey de Francia (987) por los nobles más importantes del país, tras la muerte del último rey carolingio, Luis V, y en medio de un clima de apatía general.
Con la base de su poder centrada en sus posesiones patrimoniales en los territorios situados entre el Sena medio y el Loira, y en las ciudades de París y Orleans, tuvo que hacer frente a las pretensiones de la nobleza, en especial de las casas de Anjou y Champagne, que intentaban apoderarse de las últimas posesiones pertenecientes a la Corona. La situación de Hugo I Capeto fue muy precaria ya que el poder real se encontraba muy debilitado, en especial en el sur, y por otra parte, al haber sido elegido de entre ellos, la mayoría de los nobles lo consideraban como a un igual, a pesar de reconocer su soberanía en el plano teórico.
Para hacer frente a esta situación, Hugo Capeto, como también harían sus sucesores, utilizó la astucia y el tacto en sus relaciones con la nobleza, por lo que asoció a su hijo, Roberto I, el Piadoso, al gobierno real, para así realzar su posición de monarca en el momento en que tuviese que hacerse cargo de la herencia.
Además, buscó el apoyo de la Iglesia, práctica común de los monarcas de la época enfrentados a los violentos embates del feudalismo que socavaban la autoridad real. De esta manera logró mantener su posición y asegurar la corona para su familia en la persona de Roberto I