Emir de Marruecos entre 789 y 791, fundador y jefe de la primera dinastía marroquí, la de los idrisíes. Idris I era hijo de Abdallah, miembro de la rama de los hasaní y por tanto descendiente directo del califa Ali, yerno del profeta Mahoma; de ahí el gran carisma que aglutinó entre las tribus del Magreb.
Idris tomó parte en una sublevación alida encabezada por su sobrino Husayn y su hermano Muhammad contra el califa abasí en el año 786. Tras la derrota de la rebelión cerca de La Meca, Idris logró salvarse de la matanza decretada por el califa contra su familia huyendo a Egipto en compañía de su fiel criado Rasid. Allí fue acogido como un simple camellero hasta que fue descubierto, circunstancia que le obligó a seguir su periplo hacia las regiones más occidentales del norte de África.
Después de vagar de un lado para otro, finalmente encontró cobijo al calor de la tribu beréber de los awraba, asentada al sur de la actual ciudad de Tánger, en el año 788. El apoyo de esta tribu beréber le permitió aglutinar paulatinamente la adhesión de las restantes tribus de la región, a las que Idris hizo conocedoras de sus pretensiones al califato como descendiente directo de Alí y el profeta Mahoma.
Tras haber conquistado las antiguas tribus que se habían refugiado en las montañas, muchas de las cuales aún no habían abrazado el Islam, Idris regresó a Volúbilis y fue reconocido por todos como imán y emir. Debido a sus ambiciosos objetivos expansionistas por los territorios del Magreb, Idris I abandonó Volúbilis y mandó construir las primeras edificaciones de la futura capital del reino, Fez, la cual sería engrandecida y embellecida generosamente por su hijo y sucesor Idris II, considerado como el auténtico fundador de la dinastía
Una vez que concluyó la conquista de amplios territorios en el Magreb, incluyendo la importante ciudad de Tlemecén, en el año 789, Idris I asentó definitivamente su poder y el papel de la dinastía idrisí, la primera eminentemente marroquí, con un papel aglutinador de tipo nacionalista bastante claro
Envidioso de los éxitos de Idris I y, sobre todo, temeroso de que éste pudiera arrebatarle el califato ya que seguía reivindicando el trono alegando su descendencia tan ilustre, Harum al-Rashid trató por todos los medios de eliminar a un rival tan molesto como Idris I. Con tal propósito, en el año 791 mandó a Fez a un emisario suyo de nombre Suleyman, que logró ganarse la confianza de Idris I con todo tipo de engaños hasta que, por fin, pudo suministrarle un potente veneno que acabó matándolo.
Tras su muerte, su fiel amigo Rasid fue elegido regente hasta que una de las mujeres de Idris I dio a luz al futuro Idris II, al que las tribus con más peso político juraron fidelidad cuando tan sólo tenía un año de edad
(?, hacia 995 - Bobastro, 1039) Rey de la taifa de Málaga. Su corto reinado se desarrolló en paz gracias al apoyo de los elementos eslavos y beréberes de su corte que lo elevaron y al apoyo de las taifas que adoptaron la causa hammudí frente a la andalusí
Perteneciente a la facción de los hammudíes, de origen beréber y con ascendencia árabe, Idris fue hijo de Alí ibn Hammud y de Labbuna, una hija de Muhammad al-Arizal y hermano de Yahya ibn Alí, que había sido califa de Córdoba entre 1021 y 1023 y después se estableció de forma independiente en el territorio de Málaga. Tuvo también Idris una hermana, cuyo nombre no han recogido las crónicas, y que casó con Muhammad, hijo del también califa hammudí al-Qasim
Durante el califato de Alí ibn Hammud, Idris se encargó del gobierno de Málaga, que era la cabeza de puente que habían establecido los hammudíes en España; su hermano Yahya ejercía el gobierno de Ceuta, que anteriormente había desempeñado su padre. En 1018 Idris se convirtió en hombre de confianza de su hermano, cuando al-Qasim ibn Hammud, tío de ambos, sin respetar el testamento político de Alí ibn Hammud, que había nombrado heredero del califato a Yahya, se hizo proclamar califa en Córdoba.
Aquel año Idris fue enviado por Yahya a Marruecos, mientras que él mismo afianzaba su dominio sobre Málaga, esperando la ocasión de derrocar a al-Qasim y dar así cumplimiento al testamento de Alí ibn Hammud. En 1021 Yahya accedió al trono califal y nombró a Idris su heredero, aunque más adelante cambió su decisión y nombró heredero a su hijo Hassan
A la muerte de Yahya (1035) sus hijos eran muy jóvenes y el eslavo Abu-l-Fawz-Nachá y el beréber Abu Chafar Ahmed ibn Abi Musa ibn Baqanna, clientes de los hammudíes y que habían desempeñado cargos de gobierno con Yahya, ofrecieron a Idris el trono de Málaga, que tras la descomposición del califato (1031) se había declarado independiente y cuyos gobernantes, desde Yahya, se habían titulado califas. Idris, que se encontraba en Marruecos, recibió noticia de su elección y viajó a Málaga, donde en noviembre de 1035 fue proclamado califa a condición de que nombrase heredero a su sobrino Hassan y le entregara el gobierno de las plazas africanas.
Posteriormente recibió el juramento de fidelidad del pueblo de Málaga y las comarcas vecinas y el reconocimiento por parte de las taifas de Granada y Almería. Idris adoptó el título de al-Mutayyad bi-Llah y desde al menos 1037 emitió moneda desde Málaga con su nombre. En 1036 mandó estrangular a su tío al-Qasim, que había sido capturado a principios de 1024 por Yahya y encerrado en el alcázar de Málaga; después ordenó entregar el cadáver a sus hijos, sus propios primos Muhammad y Hasan, que a la sazón vivían en Algeciras
Idris nombró su ministro y mentor a Ibn Baqanna, que además desempeñó el cargo de jefe de su secretaría cancilleresca y designó a Nachá como consejero y vigilante del príncipe Hassan, a quien nombró gobernador de Ceuta. A finales de 1039 Idris se vio obligado a intervenir en la lucha que sostenían las taifas de Granada, Almería y Carmona contra Abul Qasim Muhammad de Sevilla. En septiembre de aquel año envió un ejército bajo el mando de Ibn Baqanna para socorrer a Muhammad I de Carmona, que había sido atacado por el régulo sevillano. Tras la victoria de los aliados en Écija, el 5 de octubre de 1039, Idris cayó gravemente enfermo y fue trasladado de Málaga a Bobastro, donde murió poco después victima de la enfermedad que lo aquejaba
Según las crónicas Idris fue un buen gobernante y se distinguió por su generosidad y su talento, que posibilitaron un reinado en paz durante sus cuatro años de califato. Como venía sucediendo con las anteriores sucesiones de los monarcas hammudíes, su testamento político fue ignorado -recordemos que había nombrado heredero a su sobrino Hassan- y el mismo día de su muerte fue proclamado califa en Málaga su hijo Yahya. Idris tuvo además otros hijos, entre los cuales los historiadores citan a Alí, el primogénito que murió antes que su padre, Muham mad y Hassan