Jesuita español. De familia noble y jesuita desde 1732, fue rector de las casas de Burgos y de Villagarcía de Campos, en las que instaló sendas imprentas. Convirtió el noviciado de Villagarcía en el más importante centro de la cultura jesuítica española. Provincial de Castilla, no logró, a pesar de sus esfuerzos, impedir la expulsión de la Compañía (1767). Dirigió a los expulsos hasta instalarlos en Bolonia (1768). Escribió, entre otras obras, Prácticas espirituales (1760) y un Memorial contra el jesuita Juan Andrés
(Madrid, 1540-Segovia, 1614) Político español. Era hijo de Alonso de Idiáquez, secretario personal de Carlos V y ministro consejero de Estado. Se crió en la casa del príncipe don Carlos, haciendo de paje suyo. Fue embajador en Génova y Venecia.
En 1579 acompañó a Granvela en su viaje a España y sustituyó como secretario real a Antonio Pérez. Para Idiaquéz fue un nombramiento absolutamente inesperado; en aquellos momentos no era siquiera secretario del rey, título indispensable para acceder a la Secretaría de Estado. Tras la muerte de Granvela, Felipe II formó una junta que había de asesorarle, y cuyos miembros más destacados eran Idiáquez, que se encargaría de todo lo referente a Relaciones Exteriores; Cristóbal de Moura y el conde de Chinchón. Esta junta fue reformada en 1593, con la idea de que se convirtiera en un consejo asesor del príncipe Felipe, en caso de producirse la muerte del rey.
Aunque cuando murió Felipe II, en 1598, se impuso la privanza del futuro duque de Lerma, los cambios en el equipo de gobierno fueron pocos e Idiáquez, como consejero de Estado, continuo siendo uno de los personajes más influyentes del gobierno de Felipe III; y fue compensado con diversos cargos, entre ellos el de presidente del consejo de las Órdenes; y recibió el título de duque de Villa Real para los sucesores de su casa.