Político marroquí, dirigente del ala izquierda del partido nacionalista Istiqlal y primer ministro (1958-1960) bajo el reinado del rey Muhammad V.
Miembro fundador del partido Istiqlal, entre 1952 y 1954 fue encarcelado por las autoridades francesas acusado de ser uno de los cabecillas principales que luchaban contra el dominio colonialista. Una vez que el país consiguió la independencia, en el año 1956, fue nombrado por el monarca Muhammad V ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, puesto en el que permaneció tan sólo un año.
En el año 1958 Muhammad V lo eligió para suceder a Balafrej al frente del Gobierno, donde estuvo hasta el año 1960, siendo finalmente cesado por considerársele demasiado a favor de la Unión Nacional de Fuerzas Populares (UNFP), facción de tendencia socialista surgida dentro de Istiqlal y liderada por su mentor político Ben Barka. En esos dos años como primer ministro desarrolló una política popular, progresista y neutralista, como fue el pedir a los Estados Unidos de América el abandono de las bases militares instaladas en el país.
Tras el asesinato de Ben Barka, Ibrahim Abd Allah se convirtió en el líder de la UNFP, con la que se enfrentó a una grave crisis en el año 1972 con la aparición y fundación de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), surgida dentro de las filas de la UNFP.
A partir de esos momentos la postura del partido se endureció hasta extremos de negarse Ibrahim Abd Allah a colaborar con el monarca Hassan II en el proceso democratizador y entrar a formar parte del Gobierno de concentración nacional formado en el año 1977
(Cavalla, 1789 - El Cairo, 1848) Príncipe egipcio, hijo o ahijado de Mehemet Alí. Hizo sus primeras armas en Arabia contra los wahabitas en 1816, quitándoles sucesivamente muchas ciudades, hasta llegar a Derayet, su capital, que no tomó sino después de un largo sitio, por lo que recibió luego en premio el título de bajá de las ciudades santas. Contribuyó eficazmente a organizar el ejército egipcio a la europea, según el deseo de Mehemet Alí. Enviado a Grecia, cuando estalló la insurrección, se apoderó de Candia, recorrió victorioso Morea, y no se retiró hasta que recibió órdenes de su padre, después de la batalla de Navarino.
Secundó a Mehemet en su proyecto de apoderarse de Siria al marchar contra San Juan de Acre, que tomó después de seis meses de sitio. Destituido con su padre por el sultán, que juzgó su conducta como una verdadera rebelión, se puso al frente de un ejército, y derrotó sucesivamente a los generales turcos Hussein Bajá y Reschid Bajá, después de lo cual se dirigió a Constantinopla, pero intervinieron las potencias europeas, e hicieron a las partes beligerantes adoptar el Tratado de Kutahieh.
Este tratado fue después violado en diferentes ocasiones por los turcos, lo que dio lugar a nueva guerra, en que Ibrahim, siempre vencedor, volvió a derrotar en Nizeb al ejército turco, mandado por Hafiz-Bajá. Las potencias europeas intervinieron de nuevo, manifestando su resolución de mantener la integridad del territorio otomano, y Mehemet Alí tuvo que evacuar Siria en virtud del Tratado de Londres de 1840.
Ibrahim se retiró entonces de la vida pública, se dedicó a la agricultura, haciendo grandes plantaciones en algodoneros y olivos en sus posesiones de Heliópolis; visitó después Italia y Francia, hizo un viaje a Constantinopla, donde fue confirmado en la dignidad de virrey de Egipto, para cuando muriera su padre, y de vuelta al Cairo, murió algunos meses antes que Mehemet Alí.