Arquitecto y médico egipcio del rey Djeser o Zoser, de la III dinastía egipcia. De origen plebeyo, hijo del también arquitecto Kanefer y de Kherduankh, según una inscripción hallada en el Uadi Hammamat, llegó a alcanzar, gracias a su valía personal, un significativo puesto en la Corte real, y llegó a actuar como consejero personal del rey a plena satisfacción de aquél.
Entre sus títulos, conocidos gracias a los jeroglíficos existentes en los restos de una estatua del rey Djeser hallada en Saqqara, tuvo los de Canciller del Bajo Egipto, Príncipe real, Juez principal, Sumo sacerdote de Heliópolis, Jefe de los trabajos públicos, Carpintero y Albañil real.
La pirámide de Saqqara
Su obra cumbre, como arquitecto, fue el diseño y la realización del complejo funerario de Saqqara para el rey Djeser (pirámide escalonada y edificios anejos para la Fiesta Sed). Se trataba de un conjunto de realizaciones arquitectónicas trabajadas en piedra tallada y pulida (Manetón le atribuye, aunque erróneamente, el empleo por primera vez de tal material como elemento constructivo).
Aunque su vida es prácticamente desconocida, le fueron atribuidos los más antiguos textos de sabiduría, medicina y astronomía, y gozó de justa fama en el campo de las letras. Desempeñó también el cargo de médico y fue reconocido a su muerte como dios de la medicina y considerado incluso hijo del dios Ptah; los griegos, muchísimo más tarde, lo identificaron con el nombre de Imuthes, como Asklepios. La capilla de Saqqara -el Asklepion- fue lugar al que los lisiados y enfermos, en la Baja época, acudían en busca de curación. Muchos templos (dentro de otros complejos religiosos) le fueron consagrados: Karnak, Deir el-Bahari (aquí representado en compañía de su madre, de su esposa Renepet-neferet, y de diversas divinidades), Deir el-Medina e Isla de Filae (templo éste levantado por Ptolomeo V).
De Imhotep han llegado diferentes estatuas de diversos materiales -la mayoría de bronce-; en ellas aparece representado como sacerdote (con la cabeza rapada, vestido talar y rollo de papiro) y médico divino. En algunos templos de Egipto y de Nubia subsisten representaciones murales de Imhotep como divinidad, portando el cetro was y el símbolo ankh.
No ha podido ser identificada su tumba -una mastaba-, aunque se supone que hubo de estar en el sector norte de Saqqara, cerca del Serapeum de Menfis, en cuyas cercanías, tiempo después, se edificaría el Templo de Imhotep, "hijo de Ptah". De Imhotep descienden una serie de cualificados arquitectos, cuyos nombres aparecen recogidos en una inscripción del Uadi Hammamat.
(Magdeburgo, 1796 - Düsseldorf, 1840) Escritor alemán. Su padre era Consejero de Guerra, de manera que Immermann vivió la entrada de las tropas de Napoleón en Magdeburgo así como el levantamiento de los estudiantes de Halle -ciudad en la que él había hecho estudios de Leyes- en 1813 de una forma muy directa y personal, lo que le llevó a enrolarse en las tropas que luchaban contra los franceses.
Karl Immermann
En 1827 se trasladó a Düsseldorf donde ocupó el puesto de Consejero del juzgado comarcal, y allí fundó en 1832 un teatro de su propiedad que, sin embargo, se vio obligado a cerrar cinco años más tarde. Su producción dramática comprende tanto dramas históricos como comedias, e incluso algunas tragedias para ser leídas como Merlín (1832), que recoge la problemática del Fausto. Buena acogida entre el público tuvo también su trilogía Alexis (1830/1831)
Pero sin duda Immermann es mucho más conocido por su obra en prosa que por sus composiciones para la escena. Sus primeras narraciones dejan ver una gran influencia de escritores románticos como L. Tieck, e incluso de Goethe. A pesar de ello, sus obras muestran ya el camino del Realismo burgués: Die Epigonen (Los epígonos, 1825/1836) recoge como idea central el hecho de que el presente no es más que una imitación del Clasicismo, que nunca llegará a alcanzar la perfección de aquél.
Como trasfondo para el desarrollo de esta idea, Immermann recoge en detalladas descripciones la sociedad de la época, los cambios que se están produciendo con la llegada de la industrialización, la vida de la gran ciudad, el entorno de los círculos de artistas y la impotencia de la nobleza rural que ve cómo su mundo se desmorona. El resultado es una de las novelas de formación más significativas de la literatura alemana.
Aunque el tono irónico está presente en algunos pasajes de la novela, no llega a alcanzar las cotas que adquirirá posteriormente en la que, sin duda, es la más conocida de todas sus obras, Münchhausen (1838/1839). Como modelo opuesto al supuesto nieto del conocido barón, se incluyen en esta obra las narraciones que componen Der Oberhof (El caserío), rompiendo con ello el modelo de la novela doble, y abriendo el camino hacia la literatura regional de carácter no crítico
Practicó todos los géneros literarios (poesía, libros de viajes, reseñas, traducciones), y dejó clara constancia de su visión de un mundo en cambio, que pocos de sus coetáneos lograron entender en su momento, en su obra autobiográfica Memorabilien (Memorables, 1840/1843)