Pedagogo y ensayista mexicano de origen austríaco. Alentado desde su temprana juventud por una viva curiosidad humanística, cursó estudios superiores de Teología y Filosofía en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, para acabar completando su rica formación académica en la Universidad de Salzburgo
A los veinticinco años de edad, en busca de mayores posibilidades profesionales, emigró a los Estados Unidos de América y, merced a sus amplios conocimientos teológicos, ejerció durante algún tiempo como asesor pastoral en Nueva York; pero pronto habría de romper sus vínculos con la jerarquía eclesiástica, ya que sus teorías pedagógicas, muy agresivas con cualquier forma de poder institucional, se mostraban especialmente críticas con la Iglesia católica y con el protagonismo que ésta había venido desempeñando durante siglos en materia educativa.
Iván Illich
En 1956 se trasladó a Puerto Rico para ocupar el cargo de vicerrector de la Universidad de Ponce (de filiación católica), y, tras permanecer en la isla antillana por espacio de cuatro años, se consagró a la redacción y difusión de sus radicales ideas pedagógicas por todo el ámbito hispanoamericano, donde pronto alcanzó un notable prestigio que le condujo, entre otras ocupaciones, a asesorar directamente la política educativa del gobierno boliviano presidido por Alfredo Ovando Candía (actividad en la que colaboró con el brillante pedagogo brasileño Paulo Freire). En 1971, ya con algunos títulos publicados, Iván Illich fue uno de los fundadores del Centro Intercultural de Documentación de Cuernavaca (México)
Entre sus obras más influyentes en los estudios pedagógicos del último tercio del siglo XX, figuran algunos títulos tan notables como La escuela, esa vieja y gorda vaca sagrada (1968), Una sociedad sin escuela (1971), Herramientas para la convivencialidad (1973), Energía y equidad (1973), Némesis médica: la expropiación de la salud (1975), Educación sin escuelas (1975), La sociedad desescolarizada (1978), La escuela y la represión de nuestros hijos (1979) -escrita en colaboración con Hildegard Lüning-, Shadow-work (1981), Producir (1982), Ecofilosofías (1984), En América Latina, ¿para qué sirve la escuela? (1985), La educación (1986) -escrita en colaboración con el citado Paulo Freire-, y H2O y las aguas del olvido (1989).
La tesis fundamental que alienta todas estas obras afirma que ninguna de las instituciones tradicionales de la sociedad industrial se adecua a las necesidades reales del mundo actual, por lo que es necesaria una revisión de todas ellas, empezando por la que Iván Illich considera como la más perniciosa: la escuela. Según el radical pensador mexicano, la educación pedagógica sostenida institucionalmente por la escuela tradicional se ha convertido en una mercancía carente de valores éticos y concebida únicamente como un hábil instrumento para la formación de escolares utilitaristas y competitivos.
Para poner fin a esta constante inmersión de los educandos en los dominios de la agresividad materialista, Iván Illich propone el aprovechamiento de otros "canales del saber" que, en su opinión, deberían servir de alternativa a la anquilosada rigidez de la escuela institucional y la política educativa implantada en todas las naciones de Occidente. Y es en este marco concreto donde surge su propuesta pedagógica más radical y revolucionaria, la denominada "corriente de desescolarización", que comienza por establecer de forma tajante que la mayor parte de los conocimientos útiles para un individuo de la sociedad contemporánea se adquieren fuera de la escuela (es decir, en contacto directo con el entorno familiar, las experiencias sociopolíticas y las vivencias culturales).
Una vez establecido este principio, Iván Illich propone en su teoría "desescolarizar" la educación, fomentar el aprendizaje informal y potenciar la creatividad del individuo dentro del entorno social en que se mueve, sin someterlo a los rígidos estamentos de la escuela institucional
(Lauria, Italia, 1885 - Buenos Aires, 1967) Antropólogo y naturalista argentino de origen italiano. Fue uno de los principales promotores de la paleoantropología americana
Sus primeros estudios fueron de medicina en la Facultad de Perugia. Los tesoros arqueológicos y antropológicos existentes en dicha ciudad hicieron nacer en Imbelloni la pasión por los estudios de ambas especialidades, pasión que no le abandonó el resto de su vida. Su primera estancia en Argentina tuvo lugar entre 1908 y 1915 como corresponsal de prensa.
A su regreso a Italia inició sus estudios de ciencias naturales y antropología en la Universidad de Padua, institución por la que obtuvo el título de doctor en ciencias en 1920. Al año siguiente se trasladó a Argentina donde obtuvo por oposición una plaza como profesor suplente de antropología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires
Toda su vida estuvo ligada a esta institución, en la que en 1933 obtuvo la plaza de profesor titular de antropología y etnografía general. Posteriormente se le nombró encargado de trabajos antropológicos de la Universidad. Más tarde obtuvo la plaza de profesor titular de historia antigua en la Universidad Nacional de Litoral. Sus primeros trabajos se dirigieron tanto hacia el problema de las descendencia como hacia el desarrollo de la paleoetnología argentina. En este último campo su obra Habitantes neolíticos del lago Buenos Aires, escrita por encargo del director del Museo de La Plata, ayudó a aclarar la somatología de los patagones antiguos y su procedencia
En el campo de la descendencia humana prestó gran atención a las deformaciones artificiales de los cráneos. Imbelloni estaba convencido que nunca se lograría con el empleo de un sólo método y disciplina desentrañar el origen de los habitantes primitivos de América, por ello abogaba por la necesidad de coordinar los esfuerzos de los antropólogos, etnógrafos y lingüistas. Su prestigio hizo que fuera nombrado por el Gobierno argentino jefe de la sección de antropología del Museo Argentino de Ciencias Naturales. Fue miembro de la Academia Nacional de Historia de Argentina
A su labor se debió en gran parte la organización de los estudios de antropología en Argentina. Durante su vida recibió numerosos premios y condecoraciones entre los que destacaron el premio Eduardo C. Holmberg, que le fue otorgado por la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y la medalla de Oro otorgada por el Congreso de Americanistas, reunido en Mar del Plata en 1967.
En sus escritos defendió la teoría de las aportaciones demográficas del sudeste asiático en el poblamiento de América. Según sus estudios siete grupos diferentes de población emigraron a América en épocas diversas y por vías de penetración diferentes: tasmanoides, australoides, melanesoides, proto-indonesios, indonesios, mongoloides y esquimales. Desarrolló estas teorías en sus obras La esfinge indiana (1926) y el Poblamiento primitivo de América (1943)
En la primera de ellas también realizó una historia crítica de los estudios de americanismo desde los días desde el descubrimiento hasta hoy. La esfinge indiana desató apasionadas polémicas entre los estudiosos del gremio. Sus teorías fueron defendidas y denostadas con igual apasionamiento.
La idea de Imbelloni sobre el origen del hombre americano y las interrelaciones de las culturas primitivas en el continente estuvo presente durante cincuenta años en los estudios de antropología americana. Profundizó en sus teoría en los dos primeros volúmenes de su serie investigaciones para la etnografía americana donde consiguió reunir lo que el consideraba las pruebas que le permitían anunciar la procedencia oceánica de la capa más reciente de la población americana.
Imbelloni también fue un gran comunicador, en continuo contacto con el gran público a través de sus numerosos artículos en al prensa nacional y especialmente con su columna dominical en el diario La Prensa, donde trataba temas sobre la antigüedad clásica y de la historia de América. Entre las otras numerosas obras que escribió destacaron Deformaciones intencionales del cráneo en Sudamérica (1925), Elementos de culturología (1936), Concepto y praxis del folclore como ciencia (1943), Deformaciones intencionales étnicas, Fundamentos de ciencia y religión en los pueblos cultos de la América Media, El inkaico crítico (1946), La segunda esfinge indiana (1956) y Folclore argentino (1959)