Escritor japonés. Considerado como el escritor más relevante de todo el período Edo, se cree que su verdadero nombre era el de Togo Hirayama, ya que el de Ihara Saikaku parece ser un seudónimo literario
Comenzó a darse a conocer como poeta, faceta en la que cultivó profusamente el haiku y las estrofas encadenadas. Saikaku era un virtuoso de estas formas métricas, que le dieron enorme fama no tanto por su calidad literaria como por la enorme facilidad con que brotaban de su pluma (se cuenta que en el transcurso de un solo día del año 1684 llegó a escribir veintitrés mil quinientos versos). Esta fecundidad versificadora le llevó a componer muchos poemas que hoy en día pueden calificarse de grotescos; sin embargo, en todos ellos aparece ya ese acusado cinismo que después rezumará su magnífica obra en prosa
En efecto, Ihara Saikaku se convirtió muy pronto en el narrador más celebrado de su tiempo, merced al agudo realismo con que supo reflejar en sus novelas la vida del Tokio de finales del siglo XVII. En 1682, a raíz de la publicación de Vida de un enamorado, inauguró un nuevo género de prosa de ficción, el de los "libros del mundo flotante" (ukiyo-zôshi). Bajo este poético epígrafe se englobó un tipo de narraciones que describen las peripecias de ciertos personajes urbanos que frecuentan los barrios más libertinos de las ciudades
Cuatro años después publicó otra famosa narración del mismo género, Cinco mujeres enamoradas del amor (1686), novela inscrita en el mismo ambiente erótico y realista, que volvía a retratar con sorprendente fidelidad la vida alegre de las grandes ciudades japonesas
Posteriormente, convertido ya en un escritor consagrado, Ihara Saikaku escribió varios relatos sobre la clase guerrera aristocrática (los samurai), y publicó algunas narraciones satíricas en las que, desde su fino cinismo bienhumorado, ofrecía las claves que aseguraban el éxito en los negocios y ahuyentaban la sombra del fracaso. Además, fue autor de muchas otras obras de carácter popular que le dieron un gran prestigio y reconocimiento entre las gentes sencillas de su país, como las recogidas en el volumen titulado Cuentos de la provincia
(Aurich, 1818-Gotinga, 1892) Jurista alemán. Profesor de las universidades de Berlín, Basilea, Rostock, Kiel y Giessen, ejerció una gran influencia en el desarrollo de las doctrinas jurídicas modernas, al considerar el derecho más como un producto social que como una elaboración doctrinal. En su libro El espíritu del derecho romano (1852) introduce la definición del derecho subjetivo como un interés jurídicamente protegido, y posteriormente, en La lucha por el derecho (1872) y El fin en el derecho (1877), remarca que «la finalidad es el elemento configurador de los institutos jurídicos» y que «el derecho se impone a través de la lucha»