Militar y gobernador español de las islas Filipinas que ejerció su mandato entre 1871 y 1873. El gobierno de Izquierdo estuvo marcado por su carácter conservador y las medidas represivas tomadas contra los sacerdotes acusados de la insurrección de 1872, un suceso crucial de cara al nacimiento de un movimiento nacionalista filipino
Rafael de Izquierdo inició su carrera militar con tan sólo catorce años como cadete del regimiento de infantería de Gerona, unidad con la que participó en la primera guerra carlista. En marzo de 1836 fue herido en la batalla de Urizá, hecho que le valió la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, y al año siguiente de nuevo en el combate de Lecumberri. Estas acciones de guerra le llevaron a alcanzar la graduación de capitán con diecisiete años.
Ya con el empleo de coronel sirvió en la campaña de África (1859-1860) y luchó en la batalla de Wad-Ras, a cuyo término fue ascendido al generalato. Después participó en la expedición a Santo Domingo (1864) y de regreso en la Península, apoyó los sucesos revolucionarios de 1868 que culminaron con el derrocamiento de Isabel II. El nuevo gobierno le designó capitán general de Castilla La Nueva; además, fue miembro de la Asamblea que aprobó la Constitución democrática de 1869
Tras la proclamación de Amadeo de Saboya (1870), el monarca le designó para hacerse cargo de la gobernación de las Filipinas, tarea en la que sustituyó a Carlos Mª De la Torre. Con fama de liberal, el nuevo gobernador procedió a aplicar algunas de las reformas inacabadas por su antecesor, aunque evitando profundizar en aquellos aspectos más conflictivos.
Así, en materia educativa procuró dedicar mayores medios para la construcción de escuelas y la retribución de los maestros, pero en cambio dejó pendiente la espinosa cuestión de la secularización. Otras reformas de su mandato se centraron en la mejora de las comunicaciones telegráficas y el servicio de correos, que pasó a ser desempeñado por una compañía privada
En enero de 1872 tuvo que hacer frente a la insurrección de un destacamento militar nativo en Cavite, que las tropas gubernamentales sofocaron después de dos días de lucha. Pese a no estar claras las razones y los cabecillas de la rebelión, el gobernador Izquierdo estimó que la responsabilidad recaía en algunos de los más prominentes ilustrados filipinos, entre ellos los padres José Burgos, Mariano Gómez y Jacinto Zamora, el doctor Joaquín Pardo de Tavera, o el abogado José Mª Basa. Aunque la mayoría de ellos recibieron condenas de prisión, los tres religiosos fueron encontrados culpables de sedición y ajusticiados en un proceso plagado de irregularidades, por lo que en el futuro serían considerados los primeros mártires de la causa nacional filipina.
Este suceso fue aprovechado además por Izquierdo para requerir mayores poderes y poner freno a la presencia de filipinos en la administración civil, la iglesia y el ejército, aunque el gobierno español no accedió a la mayoría de estas peticiones. Debido a problemas de salud, Rafael de Izquierdo dimitió del cargo y regresó a España el 8 de enero de 1873, siendo sustituido de forma interina por Manuel Mac-Crohon. Escribió la obra Algunas ideas sobre la reorganización del ejército (1869)
(Moscú, 1856 - París, 1919) Político y diplomático ruso, principal arquitecto de la alianza entre Rusia e Inglaterra en los años anteriores a la primera guerra mundial.
Alexandr Izvolski
Educado en el Liceo Imperial de San Petersburgo, ocupó pronto importantes cargos diplomáticos: fue embajador ruso en el Vaticano, Yugoslavia, Alemania, Japón y Dinamarca. Entre 1906 y 1910 desempeñó el cargo de ministro de Asuntos Exteriores; tras ello fue nombrado embajador en Francia
En 1907, Izvolski firmó un pacto por el que se reforzaba la alianza entre Francia e Inglaterra contra Alemania. Gracias a este pacto, británicos y rusos se repartían Persia, que quedaba dividida en tres zonas de influencia: una británica, otra rusa y una zona neutral entre ambas (Afganistán quedó bajo la protección de Gran Bretaña). Este pacto, junto con la alianza franco-rusa de 1890 y el acuerdo anglo-francés de 1904, formó el embrión de lo que más tarde sería la Triple Entente
En octubre de 1908, Bosnia y Herzegovina fueron anexionados a Austria-Hungría tras una reunión en la que el conde de Arhental supo manejar a Izvolski; Arhental le sugirió secretamente el uso de los enclaves estratégicos de los Dardanelos y el Bósforo a cambio de dicha anexión. Sin embargo, de poco le sirvió a Rusia. El representante de Austria-Hungría no cumplió con su palabra e, inmediatamente después de la anexión, las potencias centrales consiguieron una victoria en los Balcanes. Esto no sólo provocó una crisis en la región, sino que además propició que Austria aumentara su importancia a expensas de Rusia, lo que provocó su ira y el desprestigio de Izvolski
Cuando en 1910 fue nombrado ministro plenipotenciario en París por el zar Nicolás II, Izvolski hizo todo lo que estuvo en sus manos para reforzar aún más la Alianza rusa con los británicos y franceses, en contra del Imperio Austro Húngaro y los alemanes. A la caída de la Dinastía Romanov, tras la Revolución rusa, permaneció en París, ciudad en la que falleció