Zar de Rusia de la Dinastía Romanov (1682 - 1696). Era el último hijo varón del zar Alexei I Mijailovitch y de su primera esposa, María Miloslavkaya. Algunos de sus numerosísimos hermanos fueron la regente Sofía Alekseieva y el también zar Feodor III, y entre sus hermanastros, el futuro Pedro I el Grande. Desde su nacimiento tuvo carencias físicas y mentales: era casi ciego, de locución torpe, débil, enfermizo y medio retrasado
Iván V
Por ello, cuando en abril de 1682 falleció su hermano Feodor, después de haber reinado apenas seis años, una asamblea especial presidida por el patriarca Joaquín quiso nombrar zar a su hermanastro Pedro, hijo de la segunda esposa de Alejo, Natalia Narishkina, y a ésta de regente. Pero frente a los Narishkin se alzó Sofía, que ambiciosa iba a reclamar el poder para ella y para la familia de su madre, los Miloslav.
Para ganarse el apoyo de la guardia imperial, los streltsi, cuya fuerza era decisiva, extendió el rumor de que los Narishkin querían matar al joven Iván (tenía dieciséis años). Así, el 15 de mayo, los streltsi y varios miles de personas se dirigieron al Kremlin y masacraron a varios miembros de esta familia. Luego solicitaron a la asamblea que Iván y Pedro reinasen conjuntamente, y que Sofía ejerciese como regente. La coronación se celebró el 6 de julio de 1682
Se hizo para ambos zares dos tronos, dos coronas y dos cetros exactamente iguales, pero las diferencias de carácter entre ambos hermanos eran evidentes. Iván, incapaz de gobernar, no atendía a ningún asunto, y necesitaba la ayuda de sirvientes, mientras que Pedro, a pesar de ser de menor edad (diez años), era muy dinámico y se ganaba el aprecio de la gente. Pronto Sofía, para favorecer a Iván V, le alejaría de la corte.
Poco después, Iván contraería matrimonio, gracias también a las gestiones de su hermana, con Prascovia, hija de Fedor Saltikov; para sorpresa de muchos tendría con ella cinco hijas, María (1689), Feodosia (1690), Catalina (1692), la futura zarina Ana (1693) y Prascovia (1694), pero no un varón que hubiera prolongado probablemente la regencia de Sofía. En cualquier caso, durante varios años ésta se hizo cargo de todos los asuntos de gobierno
En agosto de 1689 su hermanastro Pedro se haría con el poder, recluyendo a Sofía en el convento Novodevichi; su vida y hasta su condición formal de zar fueron respetadas, ya que políticamente era inofensivo y en realidad nunca había tenido el gobierno en sus manos. En tales condiciones viviría aún varios años, hasta 1696, falleciendo con sólo unos treinta de edad
(San Petersburgo, 1740 - Schlüsselburg, 1764) Zar de Rusia de la Dinastía Romanov (1740-1741). Iván Antónovich era una de los hijos de Antonio Ulrico de Brunswick-Wolfenbüttel y de Isabel Ana Leopoldovna, sobrina de la zarina Ana Ivanovna (bisnieto por tanto del zar Iván V). Por testamento de ésta, dictado a petición de su favorito Ernst Johann Biren, Iván fue nombrado su heredero cuando apenas tenía unas semanas de edad, en noviembre de 1740.
Iván VI y su madre, Isabel Ana Leopoldovna
Coronado entonces zar, no duraría mucho como tal. En primer lugar, Biren, que ejercía como regente, fue depuesto y deportado a Siberia por el mariscal Münnich, de origen alemán, que al poco abandonaría el puesto de primer ministro en favor del también alemán Andrei Ostermann. Aprovechando el sentimiento popular antialemán, los embajadores francés y sueco conspiraron contra los altos cargos germanos apoyando un posible gobierno de Isabel Petrovna, hija de Pedro I
Inicialmente remisa a secundar un golpe de estado, al final Isabel se puso al frente de la reacción antialemana en diciembre de 1741. Mientras que su familia era enviada a Kholmogori, en el Ártico, el pequeño e indefenso Iván VI fue encerrado en prisión, primero en Siberia y luego en la fortaleza de Schlüsselburg (o Schlisselburg), en la desembocadura del río Neva. Allí pasó largos años de soledad, mal vestido y alimentado, falto de toda educación (nunca supo leer ni escribir), creciendo a causa de ello con una mente subdesarrollada.
El zar Pedro llegó a visitarlo, quizá con el propósito de nombrarlo su heredero, pero Iván era casi un vegetal sin posibilidad de recuperación, incapaz totalmente de gobernar. Más tarde haría lo propio la zarina Catalina II, que llegaría a una conclusión parecida, de completa inutilidad.
En julio de 1764 un oficial llamado Vasily Mirovich trató de liberarlo, y sus guardianes, siguiendo instrucciones, mataron a Iván. No tenía más que veintitrés años de edad. Catalina II sería luego acusada de haber matado a dos zares, Iván VI y su propio esposo, Pedro III.