Político ateniense. Con el socorro del rey de Esparta, Cleómenes, procuró restablecer la oligarquía, expulsó al demócrata Clístenes e hizo desterrar a trescientas familias atenienses; pero asediado por el pueblo en la ciudadela, se vio obligado a capitular y fue a su vez desterrado. Clistenes entonces subió al trono y restableció el gobierno democrático.
(s. VIII a.J.C.) Profeta de Judá. Su nombre significa «Yahvé es salvación». Su actividad se desarrolló sobre todo durante los reinados de Ajaz y de Ezequías (736-687). Testigo de la ruina de Samaria, la idea principal de su predicación era que Dios era santo y que los israelitas debían serlo igualmente.
Isaías en la Capilla Sixtina de Miguel Ángel
Estigmatizaba con ironía las costumbres judías, impregnadas de ideas paganas, y rechazaba la idea de una alianza con los extranjeros por temor a una contaminación idolátrica. Los que aceptasen las exigencias de Yahvé verían realizado el reino futuro, a cuya cabeza estaría el rey Mesías, descendiente de David, el Emmanuel (Dios con nosotros).
Isaías es, junto con Job, el mayor poeta de la Biblia. Los oráculos del profeta están contenidos en la primera parte del Libro de Isaías. Este texto, escrito en épocas diferentes, testimonia la influencia que el mensaje de éste tuvo sobre las generaciones posteriores, de modo que se puede hablar de una verdadera «escuela», origen de nuevos oráculos, que más tarde serían englobados bajo el nombre de Isaías.
De ahí que los críticos, para denominar a estos agregados a la obra, hablen de un Segundo Isaías (capítulos 40 a 55), escrito al fin del exilio, y de un Tercer Isaías (capítulos 56 a 66), escrito después del regreso a Palestina (siglos VI-V)