Compositor y director de orquesta español. Hijo de un modesto violinista, recibió las primeras lecciones de solfeo, violín y piano de su padre, con el cual siendo todavía muy niño se trasladó a Cádiz, en donde recibió lecciones de armonía y composición de Salvador Vinegra.
Precoz virtuoso del violín, a los doce años ya fue admitido como primer violinista del Teatro Principal de Cádiz. A los diecisiete, dirigió por primera vez diversas óperas, y obtuvo con ello resonantes triunfos, pese a su poca edad. A los veinte ganó una beca concedida por la Diputación de la provincia, con la que se trasladó a París para ampliar estudios en el Conservatorio.
En la capital de Francia fue condiscípulo de Debussy, al que venció en los exámenes de final de curso al quedar el español primero y segundo el genial compositor francés. Terminados sus estudios, Jerónimo Jiménez recorrió Italia y volvió luego a España trayendo consigo unas obras sinfónicas que le fueron estrenadas en Madrid por una orquesta dirigida por Monasterio. Fue director del Teatro Apolo, de Madrid, y condujo repetidas veces la orquesta del Teatro Real.
Al dejarla el maestro Bretón, tomó la dirección de la Sinfónica de Madrid al frente de la cual cosechó grandes éxitos. Atraído por el teatro, Jerónimo Jiménez dejó la música grande para dedicarse a componer zarzuelas, género más fácil y mejor remunerado, en el que dejó la impronta de su genio en partituras de auténtica calidad, tales como El baile de Luis Alonso y Las bodas de Luis Alonso, que han quedado como páginas de concierto. Requerido por el éxito, compuso numerosas obras del mismo género, algunas en colaboración con Amadeo Vives
(Dolores Hidalgo, Guanajuato, 1926 - Ciudad de México, 1973) Cantante y compositor mexicano. Dotado de una extraordinaria fecundidad creativa, fue uno de los más destacados representante de la canción ranchera. Temas como El rey, su canción más popular, le hicieron famoso en México y en todo el mundo
Siendo niño se trasladó junto con su familia a la capital de la República, y a los 14 años compuso su primera canción. Pese a demostrar tempranamente su talento innato para la composición, el éxito tardó en sonreírle. Durante su juventud ejerció los más variados oficios, desde el de futbolista en el Marte (un equipo de primera división) hasta el de camarero en un restaurante en el que trabaría una amistad providencial con el hijo del dueño, a la sazón guitarrista del trío Los Rebeldes
Portada de una reedición de 2008
En 1948, acompañado por el trío Los Rebeldes, cantó por vez primera en la radio. Pero no fue hasta 1950 que comenzó a ganar celebridad gracias a su canción Yo (grabada por Andrés Huesca y sus Costeños), que sería el primer título de una larga lista de éxitos. Comenzó así una fructífera carrera que lo convirtió en el más destacado compositor de canciones rancheras en México; los mejores cantantes e intérpretes se disputaban sus temas para incluirlos en su repertorio. Sus melodías fueron interpretadas por Jorge Negrete, Pedro Infante, Miguel Aceves Mejía, Lola Beltrán, Javier Solís y la española María Dolores Pradera, entre otros. De entre sus canciones, son especialmente recordadas El rey, No me amenaces, Amanecí en tus brazos, Paloma querida, Caminos de Guanajuato, Caballo blanco y Un mundo raro.
El éxito como compositor y cantante llevó a José Alfredo Jiménez a una frenética actividad profesional. Además de dar sus recitales y conciertos, trabajó en el teatro, en la televisión y en la radio, tanto en México como en el extranjero. En el cine alcanzó gran popularidad gracias a cintas como Martín Corona (1950), Póquer de ases (1952), Guitarras de medianoche y La feria de San Marcos (1957).
La música de José Alfredo Jiménez arraigó profundamente en el gusto popular mexicano. Sus composiciones adquirieron una enorme popularidad gracias a la belleza y simplicidad de sus letras y melodías y a la expresión sincera y directa de sentimientos con los que el público podía sentirse fácilmente identificado. Verdaderamente el compositor supo plasmar, con realismo y emoción contenida, el amor y el desamor, la nostalgia por la vida campesina, y, en definitiva, toda la gama de los sentimientos humanos, incluyendo el odio, la rabia o el desengaño, así como la ternura y magia que extraía a menudo de cualquier escena en apariencia insignificante de la vida cotidiana