Jurisconsulto y político de Costa Rica que fue presidente de la República (1910-1914, 1924-1928 y 1932-1936). Hijo del presidente Jesús Jiménez, llegó a ser uno de los más distinguidos ciudadanos del país. De gran saber y de ideas avanzadas, accedió a la presidencia como candidato del Partido Republicano, ganando por una gran mayoría de votos, y fue presidente de los tres poderes de la República.
Los gobiernos de Jiménez Oreamuno se caracterizaron por la estabilidad institucional y por la consolidación del marco constitucional. No obstante, su política -al igual que la de Víquez- se caracterizó por sus rasgos personalistas, que contribuyeron a fortalecer el régimen costarricense en un sentido netamente presidencialista. Debido a su carácter autoritario, Jimenes Oreamuno fue llamado el "dictador intelectual".
Entre las innumerables mejoras que realizó, cabe destacar: la reconstrucción de Cartago, que había sido destruida por un terremoto, en 1910; la creación del Banco Nacional de Seguros, el Banco de Crédito Hipotecario, la Escuela de Agricultura y el Ministerio de Salud; la construcción del nuevo muelle de Puntarenas, de escuelas primarias y numerosas carreteras; finalizó además la electrificación del ferrocarril al Pacífico. En 1935 trajo al país la Misión Educativa chilena.
Durante su tercer período se desarrolló la huelga bananera de 1934, tras la cual mejoró la situación del obrero agrícola. Estableció la moratoria a las deudas extranjeras para aliviar la crisis económica del país, a raíz de la recesión mundial de 1929. En 1939 se lanzó a su última aventura política, en la que fracasó debido a la falta de apoyo del electorado que lo había hecho triunfar en los tres procesos anteriores. Ricardo Jiménez retiró su candidatura, lo que permitió la elección del joven médico Rafael Ángel Calderón Guardia.
(Ciudad de México, 1896 - 1960) Escritor mexicano. Cursó estudios superiores de leyes en la Universidad Nacional de México, donde, una vez licenciado en Derecho, obtuvo también el grado de doctor en Filosofía y Letras. Participó de forma activa en la vida pública y administrativa de su nación, al que representó como secretario de embajada en las delegaciones diplomáticas de México en Montevideo (1920) y Buenos Aires (1921-1922). De regreso a su país, siguió ocupando cargos de alta responsabilidad como el de director del Archivo General de la Nación o, algo después, el de presidente del Centro Mexicano de Escritores.
Previamente, Jiménez Rueda había sido nombrado director de la Escuela de Arte Teatral de la Universidad Nacional (1918) y llegó a estrenar dos piezas dramáticas. Cinco años después promovió la creación del Teatro Municipal. También intervino en la fundación de la Unión de Escritores Dramáticos y dirigió los montajes de varias obras. En 1935 fue elegido miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, y, en 1954, de la Academia Mexicana de la Historia.
Inició su obra teatral estrenando algunos dramas que, como el titulado Como en la vida (1919), pronto le marcaron el camino definitivo por el que habría de proseguir su labor teatral: el subgénero de la farsa y, sobre todo, la comedia. En 1923 volvió a los escenarios con Lo que ella no pudo prever (1923), a la que siguió La caída de las flores (1923). La silueta de humo (1927), su mejor obra, es una brillante comedia de costumbres que, caracterizada por el agudo análisis psicológico de sus personajes, refleja en clave de humor el manido tema del adulterio y los celos infundados. Publicó también ensayos, obras históricas y narraciones como Moisés (1924) y La desventura del conde Kadski (1935).