Poeta y novelista danés, figura central del renacimiento poético danés del decenio de 1890. Jörgensen se formó en un ambiente familiar profundamente cristiano. En la Universidad de Copenhague estudió primero letras clásicas, y luego zoología.
Más tarde se orientó resueltamente hacia la literatura, y cultivó el periodismo. Estuvo influido por el naturalismo y el positivismo, según la versión de G. Brarides; pero, después, se hizo divulgador del simbolismo desde la revista La Torre (Taarnet, 1892), y tradujo a Baudelaire y Verlaine.
En febrero de 1896 tuvo lugar el trascendental cambio de rumbo de su existencia: la conversión al catolicismo (facilitada por su cultura francesa). Pasó luego la mayor parte de su vida fuera de Dinamarca donde entonces era muy sólido el protestantismo, y vivió singularmente en Italia. Durante la primera Guerra Mundial fue partidario de los aliados; terminado el conflicto bélico se estableció en Asís, población de la cual llegó a ser en 1922 ciudadano honorario.
A su conversión se refieren los textos Mentira vital y verdad de vida (1896), Confrontaciones (1898) y Conversión (1899). Sigue después la producción autobiográfica La Leyenda de mi vida (1916). Jörgensen fue un escritor fecundo y desarrolló exclusivamente temas religiosos. Entre sus diversas vidas de santos (Sta. Catalina, Dom Bosco, Sta. Brígida) destaca la muy difundida de San Francisco de Asís (1907). De sus libros de viajes cabe citar Guía de viaje (1895), Mosaico romano (1901), Del Vesubio a Skagen (1909) y Viaje a Tierra Santa (con el título medieval y nórdico Jorsalaferd, 1923).
Aunque en el extranjero la fama de Jörgensen se apoya singularmente en la producción hagiográfica y la referente a sus viajes, en Dinamarca se halla vinculada en particular a su obra lírica y narrativa. En este aspecto cabe mencionar las narraciones Verano (1892), El árbol de la vida (1893), Nostalgia (1894) y sobre todo, las antologías líricas Tonalidades (1892), Poesías (1898), Flores y frutos (1907), Cantos de Vadstena (1941) y Poesías escogidas (1944), en las que pueden admirarse la simplicidad, la concentración y el esplendor de la lengua, aprendidos en los simbolistas y en Jacobsen
(s. IX a.J.C.) Cuarto rey de Judá (870-849 a.J.C.). Implantó de nuevo el culto de Yahveh y construyó numerosas fortalezas y depósitos de trigo; prohibió la prostitución sagrada, la nigromancia y la erección de estacas sagradas. Ayudó a Ajab y Joram de Israel contra los arameos y Mesá de Moab