Papa (1503-1513). Sacerdote franciscano, accedió al cardenalato cuando su tío se convirtió en el papa Sixto IV. Antes de acceder él mismo al solio pontificio, en 1503, tuvo tres hijas ilegítimas y amasó una fortuna. Trató de recuperar la independencia política de la Santa Sede mediante una activa diplomacia, que le llevó a entrar de lleno en el complejo juego político y militar por el control de Italia. Tras apartar a César Borgia, se unió a la Liga de Cambrai en 1508, junto a Francia, el Imperio Alemán, Mantua, Ferrara y España, para apoderarse de los territorios de Venecia. La victoria concluyente en la batalla de Agnadello le hizo ver que la mayor favorecida era Francia, lo cual deshacía el equilibrio de manera peligrosa, por lo que no dudó en aliarse a Fernando el Católico, Maximiliano de Habsburgo, Suiza y la misma Venecia para atacar a los franceses, a los cuales derrotaron en la batalla de Ravena, y los expulsaron, temporalmente, del Milanesado. Como la mayoría de los papas del Renacimiento, fue un mecenas de las artes y protegió a Miguel Ángel, Bramante y Rafael
(Giovan Maria de´Ciocchi del Monte; Roma, 1487- id., 1555) Papa (1550-1555). Participó activamente en el concilio de Trento, pero, una vez nombrado papa, lo clausuró en 1552 por temor a la reducción de las prerrogativas papales. Se alió a Carlos V contra Enrique II, que favorecía a los protestantes. Confirmó los estatutos de la Orden de los jesuitas (1550)