Físico y bacteriólogo japonés. Marchó a Berlín para estudiar en el Instituto de Enfermedades Infecciosas dirigido por Koch junto a Emil von Behring; juntos investigaron sobre el bacilo de la difteria y el del tétanos, que consiguieron aislar en el suero sanguíneo de un caballo infectado en 1890. A su vuelta a Japón en 1892, Kitasato desempeñó varios cargos académicos en la Universidad, hasta que pudo fundar su propio laboratorio, que en 1899 fue incorporado al Instituto Imperial para el Estudio de Enfermedades Infecciosas, del que sería director en 1914. Además de las investigaciones sobre el tétanos, el carbunco y la disentería, uno de sus mayores logros tuvo lugar en 1894, cuando descubrió casi de forma simultánea con el francés Yersin, el bacilo Pasteurella pestis, el agente infeccioso causante de la epidemia de peste bubónica que asolaba la ciudad de Hong-Kong.
Militar británico destacado en las guerras coloniales del periodo álgido del imperialismo (Bally Longford, Kerry, 1850 - Océano Atlántico, 1916). Sus primeros destinos fueron en Francia, Palestina, Chipre y Egipto (1871-83). En 1885 fue enviado a Sudán para socorrer al general Gordon, sitiado en Jartum por las fuerzas del Mahdi, pero no llegó a tiempo. Luego fue nombrado sirdar o comandante en jefe del ejército de Egipto (1890), con la misión de recuperar el control anglo-egipcio del Sudán; cumplió el objetivo tras vencer a las fuerzas del Mahdi en Omdurman y tomar Jartum (1898).
Horatio Kitchener
En su avance hacia el sur del Sudán se encontró en Fachoda con las fuerzas francesas del general Marchand, que avanzaban hacia el Este; el «incidente de Fachoda» (1898) reflejaba la pugna entre las grandes potencias por el control del mundo en general y de África en particular, plasmado en el proyecto británico de unir sus posesiones del norte y del sur de África en un continuo territorial de El Cabo a El Cairo, mientras que los franceses pretendían igualmente unir sus colonias del África Occidental con el enclave de Djibuti; tras arduas negociaciones diplomáticas, el incidente se resolvió sin enfrentamiento militar, con la retirada francesa y el consiguiente control británico del alto Nilo. Kitchener fue ennoblecido por sus éxitos en Sudán, con el título de conde Kitchener de Jartum.
Luego fue destinado a Sudáfrica, donde combatió en la Guerra de los Bóers (1899-1902), primero como adjunto de Roberts y luego como comandante en jefe en sustitución de aquél (1900-02); empleó métodos contundentes, como la concentración de la población en poblados fortificados, que, aunque levantaron muchas críticas, fueron acabando con la resistencia guerrillera de los bóers.
De allí pasó a la India, donde sirvió como comandante en jefe de las fuerzas británicas (1902-09); sostuvo un agrio conflicto con el virrey Curzon, pero vio defraudadas sus aspiraciones de sustituirle en el puesto. Luego fue representante británico en el protectorado de Egipto (1911-14).
Nada más estallar la Primera Guerra Mundial, en 1914, fue nombrado ministro de la Guerra en el gobierno de Asquith; desde aquel cargo consiguió elevar la moral de combate de las tropas y de la población británica, pero apenas pudo iniciar la necesaria reorganización del Ejército, en medio de graves disensiones con sus colegas de gabinete y con los altos mandos militares. Murió cuando una mina alemana hundió el barco en el que viajaba hacia Rusia, cerca de las Órcadas