Importante cuentista ruso cuya obra, a caballo entre dos siglos, denota un profundo humanismo. Su padre era juez y pertenecía a una familia cosaca; la madre procedía de un linaje noble de Polonia. El muchacho fue creciendo en pequeñas ciudades de población mezclada (polaca, ruso-ucraniana y judía), en lugares de agitada tradición histórica y en un ambiente de recuerdos literarios románticos; todo ello le preparó para la atmósfera propia de Rusia, donde, entre 1860 y 1880, se daban intensamente las tendencias sociales de matiz altruista.
Vladímir Korolenko
En 1871 fue a estudiar al Instituto de Tecnología de San Petersburgo; luego pasó a Moscú, de cuya Escuela de Agricultura viose expulsado con motivo de su ingreso en una asociación política de carácter secreto. Por aquel entonces inició la publicación de sus primeras narraciones, o, más bien, esbozos, que permiten ya vislumbrar la formación del ardiente "populista" de los años siguientes.
Detenido en 1879 y desterrado al nordeste de Siberia, en 1885 obtuvo el permiso necesario para volver a Rusia; establecido en Nijni-Novgorod, vivió en esta ciudad casi a lo largo de un decenio y compuso la mayoría de los textos narrativos que le dieron notoriedad, memorables por su profunda humanidad y su acertado dominio de la estructura psicológica de la descripción: El sueño de Makar, El músico ciego, En mala compañía y Susurros del bosque.
El sueño de Makar narra la historia de un hombre que engaña el día de Navidad a dos refugiados políticos y les arranca dos rublos con los que se emborracha. En su delirio alcohólico, sueña con que el Dios de los Bosques lo castiga transformándolo en caballo de posta. Makar le cuenta todas las miserias de su vida, que son las de los siervos de su época, consiguiendo finalmente el perdón. En mala compañía relata una vez más la extrema pobreza del campesinado ruso, mediante un protagonista que arrastra una vida miserable en los bajos fondos de Ucrania, entre seres que han aprendido, a pesar de las penurias que padecen, el verdadero sentido de la amistad y del amor.
Cuando en 1891 se produjo la gran penuria de la Rusia meridional participó en las actividades de socorro; luego confió sus propias impresiones acerca de ello en el libro El año del hambre, en el que aparece también su temperamento de luchador en favor de las causas sociales, posición que se afirmaría en los años sucesivos, en particular por su participación activa en la defensa de algunos judíos acusados de asesinato ritual, en 1895.
En el año 1893 realizó un viaje a América, y en 1896 volvió a San Petersburgo, donde colaboró en la revista de los "populistas" La riqueza rusa. Muy pronto, empero, como no lograra aclimatarse, se trasladó nuevamente al sur, a Poltava, y aquí permaneció más de veinte años, de 1900 a 1921, compuso otras narraciones y, sobre todo, participó a través de escritos y acontecimientos diversos en la vida social rusa; en Casa n.º 13 (1903), por ejemplo, discutió el "progrom" de Charkov, y en La tragedia de Sorochincy (1906) la reacción que siguió al fracaso revolucionario de 1905.
Gran eco tuvo también la oposición de Vladímir Korolenko a las leyes militares y a la pena de muerte. Debido a la frecuencia de sus viajes, la guerra le sorprendió en el extranjero; volvió a Rusia a fines de 1915, época a la cual corresponde su defensa de los judíos. Estallada la revolución de 1917 escribió La caída del poder zarista, y, tras el golpe de estado bolchevique, una serie de cartas a A. V. Lunacharski acerca de los peligros a que se veía expuesta la cultura con el destructivo movimiento revolucionario. A su muerte trabajaba todavía en su obra principal: las memorias tituladas Historia de un contemporáneo mío
(Serguéi o Sergéi Pávlovich Korolev; Ucrania, 1906 - Moscú, 1966) Ingeniero soviético. Educado en la más alta Escuela Técnica de Moscú, fue pionero de los experimentos en misilística y astronáutica en Rusia y jefe de los programas espaciales de este país hasta la fecha de su muerte. En 1931 formó parte, en Moscú, de un grupo de estudio, del que fue fundador, dedicado al estudio de la propulsión a chorro. En 1933 este grupo lanzó el primer cohete soviético de propulsión líquida.
Varios años más tarde esta organización se unió con otra de Leningrado y dio vida al Instituto de Investigaciones para la Ciencia Misilística, en el ámbito del cual se proyectaron y experimentaron los primeros cohetes transportadores soviéticos. En 1949, Korolev dirigió, desde el polígono Kapustin Yaryestudio, la realización de los primeros cohetes sonda de gran altura y los primeros vuelos con animales a bordo. Más tarde desarrolló el primer misil soviético intercontinental, y en 1957 diseñó los transportadores espaciales, que fueron empleados para el lanzamiento de los primeros satélites artificiales soviéticos. En 1961 dirigió los proyectos que llevaron a la realización de las astronaves Vostok, Voskhod y Soyuz