Narrador ruso de tendencia realista. Desde joven fue destinado a la carrera militar; ello explica la amplia cabida que en el conjunto de sus obras tuvieron el ambiente y la vida de los oficiales rusos. La pasión por la literatura resultó en él, empero, más fuerte que la afición a la milicia, y en 1896 Kuprin abandonó el ejército a fin de poder extender el campo de sus experiencias vitales. Al par que colaboraba en revistas y diarios de provincia, actuó como dentista, desempeñó cargos técnicos y fue agrimensor y actor; todas estas actividades aparecen reflejadas en sus creaciones literarias.
Alexander Kuprin
Los primeros textos que se difundieron más allá del ambiente provincial fueron los dos volúmenes Tipos de Kiev y Miniatura, publicados en Kiev en 1896 y 1897; tales libros, sin embargo, no lograron el éxito que posiblemente su autor esperaba de ellos. La fortuna no empezó a sonreírle francamente hasta 1899, con motivo de una extensa narración, El relevo de noche, a la que siguieron otras igualmente bien acogidas.
Kuprin, entonces, resolvió establecerse en San Petersburgo, donde pudo colaborar en la difundida revista El mundo de Dios y en la editorial "El conocimiento" (Znanie) de M. Gorki, que publicó en 1903 y 1906 los dos primeros tomos de narraciones del autor, por él mismo reconocidos dignos de una segunda edición.
En ellos aparecía el escritor ya netamente dentro del realismo, y como representante característico de una época de transición tanto a causa de los tipos, ambientes y acontecimientos descritos como por el estado de ánimo bajo el cual aparecen considerados, llenos de pesimismo y análogo al que por aquel entonces nos atestiguan también los relatos de Chejov. "Intelectual chejoviano", en efecto, fue denominado el héroe de la novela El desafío, que hizo de Kuprin una de las figuras más discutidas de la literatura rusa del momento.
El período comprendido entre 1905, o sea el año de El desafío, y 1917 fue para el escritor el más rico en experiencias literarias; sin alejarse del campo del realismo, trató de seguir sus matices más diversos: así, el tolstoiano, en Izumrud, el flaubertiano de la evocación de antiguas civilizaciones, en Sulamita, los de Kipling y Jack London, por ejemplo, en la narración El capitán Rybnikov, el de Maupassant, en Gambrinus, el de Gorki que se da en muchos relatos menores, y el netamente original del romanticismo de Brazalete de granates.
Pródiga en momentos genuinos, también de tendencia romántica aun cuando sobre un fondo realista e incluso naturalista, fue la principal y última obra de Kuprin, La fosa, dolorosa descripción de la vida en las casas de prostitución de la Rusia meridional. La revolución de 1917 lo forzó al destierro a Francia, donde muy poco logró añadir a su fama. Impulsado por la nostalgia de la patria volvió a su país, y allí, tras una efímera reanudación de su actividad, le sorprendió la muerte
(Sim, 1903 - Moscú, 1960) Físico nuclear soviético, fundador de la controvertida industria nuclear soviética y constructor de la primera bomba termonuclear. Al concluir sus estudios en la Universidad de Crimea en 1923 se trasladó al Instituto Físico-Técnico de la Academia de Ciencias de San Petersburgo -por entonces Leningrado-, en cuyo cuerpo docente ingresó en 1927. En 1933 fue nombrado director de dicho instituto, y bajo su dirección se construyeron los primeros ciclotrones soviéticos.
En 1939 comenzó a investigar los mecanismos de la reacción en cadena del uranio, que logró un año más tarde. Al declararse la Segunda Guerra Mundial se vio inmerso en investigaciones sobre métodos de protección de submarinos contra las minas magnéticas. Acabada la contienda, construyó el primer reactor nuclear europeo en 1946, y en 1949 logró construir la primera bomba termonuclear o de fusión.
También intervino en la construcción del primer buque de carga de propulsión nuclear del mundo, el rompehielos Lenin (1956). Ese mismo año fue elegido director del Instituto de Energía Atómica de la Academia Soviética de Ciencias, desde donde dirigió el programa destinado a construir un reactor de fusión. Sus investigaciones en este último campo versaron sobre los distintos métodos de obtención y confinamiento del plasma. A su fallecimiento, este Instituto pasó a ser llamado Instituto Kurchatov. En su honor los soviéticos denominaron kurchatovio al elemento químico de número atómico 104 cuando creyeron producirlo en 1964. No obstante, la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) se ha decantado por utilizar el nombre rutherfordio