Revolucionario socialista francés . Siendo estudiante de Medicina en París (1862-65) se convirtió en activista revolucionario influenciado por las ideas de Proudhon, Blanqui y Bakunin. Cuando las autoridades le expulsaron de la universidad se trasladó a Londres para proseguir sus estudios.
Allí se afilió a la primera Internacional (la AIT) y conoció a Karl Marx y también a su hija Laura, con quien se casó en 1868, emparentando así con el fundador del marxismo. El eclecticismo ideológico de Lafargue le había llevado ya, por entonces, a asumir el pensamiento de Marx sin desprenderse por completo de sus anteriores ideas anarquistas (procedentes de Proudhon y Bakunin). De vuelta a Francia, participó en la revolución de la Comuna de París (1871), cuya derrota le obligó a huir a España.
En este país permaneció durante el periodo de libertades abierto por el Sexenio Revolucionario (1868-74), desempeñando un papel importante en la introducción en España de las ideas marxistas (en su personal y distorsionada interpretación), así como en los conflictos que enfrentaban en el seno de la Federación Regional Española de la AIT a la minoría marxista con la mayoritaria corriente bakuninista.
En 1880 conoció al principal representante del marxismo en Francia, Jules Guesde, con quien fundó el Partido Obrero Francés; su marxismo rígido, radical e intransigente chocó enseguida con la corriente «posibilista», produciendo la escisión del socialismo francés en 1882.
Después de la muerte de su suegro en 1883 continuó teniendo un papel de primer orden como organizador, propagandista y teórico del socialismo. Fue iniciativa suya la adopción del Primero de Mayo como jornada de reivindicación obrera a escala mundial (Congreso de 1889 de la Internacional Socialista).
Tras la reunificación de los socialistas franceses en 1905, el peso de los «guesdistas» se fue reduciendo frente al liderazgo moral e intelectual de Jaurès, con quien Lafargue sostuvo una polémica ideológica. Lafargue y su esposa se suicidaron juntos. Entre sus escritos teóricos (El socialismo y la conquista de los poderes públicos, 1899; El socialismo y los intelectuales, 1905) destaca por su originalidad el que dedicó a El derecho a la pereza (1880)
(Buenos Aires, 1876- id., 1913) Comediógrafo argentino. Desempeñó diversos cargos políticos. Su estética se sitúa entre la crítica de costumbres y un naturalismo dramático. Es autor de Jettatore (1904), Las de Barranco (1907), El cuarto de hora (1910), Los invisibles (1911)