Pianista polaca. Recibió su formación musical en el Conservatorio de su ciudad natal, de donde pasó a Berlín en 1896, para estudiar composición con Urban. Su reputación como pianista comenzó en 1900, a raíz de su traslado a París; en esta ciudad contrajo matrimonio con Henry Lew, quien, hasta su desgraciada muerte en un accidente de automóvil, en 1919, investigó con ella acerca de la música barroca del XVII y del XVIII y sobre su correcta interpretación, investigaciones que culminaron en 1909, con la publicación de un libro que llevaba por título La música antigua
Durante la primera década del presente siglo, Landowska se asoció con la Schola Cantorum de París y renunció a interpretar a Bach al piano, prefiriendo en su lugar el clavicémbalo o clave; su primera actuación pública con este instrumento tuvo lugar en 1903 y, unos diez años más tarde, se hizo construir su propio clavicordio, según sus especificaciones personales.
El comienzo de la Primera Guerra Mundial la sorprendió en Berlín, donde se encontraba dando clases de música en la Real Escuela de Música. De allí pasó a Suiza, donde su interpretación de la Pasión según San Mateo en 1919, constituyó un hito en la música del siglo XX. A partir de 1925 estableció su residencia en una pequeña localidad cerca de París, donde fundó la École de Musique Ancienne, y se dedicó a la enseñanza, si bien nunca dejó de realizar giras por Europa y Norteamérica.
A la llegada de la Segunda Guerra Mundial tuvo que abandonar el país y, por consiguiente, la escuela, con su valiosa biblioteca y colección de instrumentos, para hacer frente a la invasión alemana; marchó a los Estados Unidos y se estableció de forma provisional en la localidad de Lakeville, en la que, sin embargo, se quedaría hasta su muerte.
Wanda Landowska fue una de las principales responsables de la recuperación de un instrumento olvidado como el clave y, consecuentemente, de su extenso y rico repertorio; encargó a diversos compositores contemporáneos (Falla, Poulenc) nuevas obras para clave, reforzando así la idea de que podía tener un lugar en la actualidad, y formó a toda una pléyade de intérpretes interesados en la música antigua, entre los que se cuentan Clifford Curzon y Ruggero Gerlin
(París, 1915) Compositor francés. Es autor de la ópera El loco y de la sinfonía Jean de la Peur