Político cubano. Tras la Guerra de la Independencia Cubana, en que Laredo Bru participó como general, ocupó el puesto de Fiscal de la Audiencia de la Habana. En 1911, durante el mandato de José Miguel Gómez, fue nombrado ministro de la Gobernación. También ostentó el cargo de Presidente de la audiencia de Santa Clara
En 1933, durante el gobierno de Carlos Miguel de Céspedes, fue nombrado otra vez ministro de la Gobernación. Tras la huida de Céspedes de Cuba, Laredo Bru pasó a ser el vicepresidente del gobierno de Miguel Gómez, elegido, por otra parte, en la primera votación cubana donde participaban las mujeres. Pero ese mismo año el presidente Gómez fue destituido, y Laredo Bru fue elegido presidente de Cuba. No pudo permanecer fuera de la influencia de Batista, que había abastecido al gobierno con sus simpatizantes y que convirtió a Laredo Bru en una marioneta que apoyaba todas sus propuestas
En 1939, cuando todavía quedaba un año para que finalizase la legislatura, Batista convocó elecciones y ganó la presidencia. Nombró a Laredo Bru Ministro de Justicia, cargo desde el que colaboró en la redacción del Código Penal cubano
(Castro Urdiales, 1864 - Santa Cruz de Tenerife, 1941) Arquitecto español, también conocido por su trabajo como editor y restaurador. Se trasladó a Madrid en 1885, donde cursó estudios de arquitectura hasta 1891. Al finalizar éstos, se casó con María de la Cortina, y ambos se trasladaron a Castro Urdiales, donde Eladio Laredo ocupó la plaza de arquitecto municipal. Durante la década de 1890 se inició su relación con el ceramista Ignacio Zuloaga, con el que colaboró en algunas de sus obras.
Con el cambio de siglo, Laredo abandonó su plaza de arquitecto municipal y se trasladó a Madrid en 1904. Fue allí donde inició su labor editorial al fundar Pequeñas Monografías de Arte (1907), revista que dirigió hasta 1912. Un año antes fue el encargado de realizar el pabellón español en la Exposición de Roma, de estilo neoplateresco.
Posteriormente se trasladó a Santa Cruz de Tenerife, donde residió hasta el fin de sus días. Allí ejerció su labor como docente, que conjugó con una serie de proyectos no realizados y su nombramiento en 1933 como arquitecto municipal de Santa Cruz de Tenerife. Entre sus edificios más representativos figuran el Museo del Greco (Toledo) y el palacio de los Marqueses de Bermejillo (Madrid)