Poeta francés. Pasó su infancia en Uruguay, donde su padre era canciller en el consulado francés. Enviado a estudiar a Francia, fue alumno interno del Liceo de Tarbes, y en 1867 se trasladó a París con la intención de ingresar en la École Polytechnique, pero desde ese momento su vida ha quedado casi en la oscuridad, lo cual ha generado toda una leyenda que lo presenta como un personaje enigmático y extravagante. En 1869 publicó, ya bajo el seudónimo de Conde de Lautréamont, Los cantos de Maldoror, que no se llegaron a distribuir a causa del miedo del editor a posibles represalias. El contenido de la obra, un canto a la violencia y la destrucción como encarnación del mal, presentado a través de imágenes apocalípticas, la relegó al olvido hasta 1920, cuando los surrealistas la reivindicaron como un antecedente suyo. También publicó, con su verdadero apellido, un volumen de Poesías (1870)
(Montigny-sur-Avre, 1623-Quebec, 1708) Prelado francés. Nombrado vicario apostólico de Nueva Francia (1658) y primer obispo del Canadá, durante medio siglo estuvo al frente de la vida religiosa de aquella colonia. Fomentó el establecimiento de órdenes religiosas