Pintor y grabador holandés. Se formó y trabajó en su ciudad natal, pero viajó mucho, sobre todo por los Países Bajos, y Flandes y se cree que llevó una vida un tanto disoluta. Sin embargo, ello no le impidió llevar a cabo una copiosa producción, tanto de grabados como de pinturas. Se le considera una de las grandes figuras de la historia del arte en la técnica del grabado, con un estilo similar al de Durero, aunque más imaginativo y con mayor gusto por lo anecdótico y caricaturesco. Aplicó a su pintura gran imaginación y una envidiable capacidad de observación. En sus cuadros, sobre todo religiosos y de costumbres, se da una unión muy armoniosa entre figura humana y paisaje. Es particularmente destacable el tríptico del Juicio Final, realizado con la pincelada fluida típica de este artista, que gozó de gran celebridad ya en su tiempo
(Nuremberg, 736-Soissons, 816) Prelado francés. Bibliotecario de Carlomagno y arzobispo de Lyon (798), viajó a España para combatir el adopcionismo y convenció a Félix de Urgel para que abjurara de sus errores