Filippo Lippi y su hijo Filippino Lippi (Prato 1457-Florencia, 1504) Pintores italianos. Fra Filippo Lippi fue uno de los pintores renacentistas de vida más azarosa y turbulenta, aunque hoy se piensa que algunos lances han sido exagerados por las fuentes antiguas.
Sus padres, que no aceptaron de buen grado su nacimiento, lo dejaron bajo la custodia de la comunidad carmelita del Carmine florentino, donde se crió y donde profesó como fraile en 1421. Pero su vocación no era sincera, por lo que al cabo de algunos años tuvo una aventura amorosa con la monja Lucrecia Buti, que le dio dos hijos y con la que finalmente recibió autorización para casarse.
Cuando todavía estaba en el convento, Lippi vio trabajar a Masaccio en la iglesia del Carmine y, según escribe Vasari, ése fue el detonante de su inclinación a la pintura. Realmente, sus primeras obras traslucen una gran influencia de Masaccio, pero hoy se recuerda a Lippi, sobre todo, por su estilo más genuino, el que desarrolló a partir de 1440 aproximadamente. Desde entonces pintó especialmente Vírgenes con el Niño imbuidas de poesía, delicadeza y una cierta melancolía, rasgos todos ellos que las hacen inconfundibles.
Su estilo lineal y decorativista lo heredó su hijo y discípulo, Filippino Lippi (Prato 1457-Florencia 1504), que fue alumno también de Botticelli, discípulo, a su vez, de Filippo Lippi. El primer encargo que recibió Filippino fue la finalización de los frescos de Masaccio en la capilla Brancacci de Santa Maria del Carmine (Florencia), obra que realizó con tal acierto que resulta difícil distinguir la parte que corresponde a cada uno de los pintores.
En lo sucesivo trabajó por igual al fresco (Historias de los santos Felipe y Juan en la capilla Strozzi de Santa Maria Novella, Florencia) y sobre tabla (La visión de san Bernardo). Tanto Filippo como Filippino Lippi gozaron de gran prestigio en su tiempo, y el primero de ellos contó con la protección de los Médicis
(Prato, c. 1457-Florencia, 1504) Pintor italiano. Muerto su padre Filippo, fue iniciado en la pintura por Fra Diamante; con posterioridad, fue discípulo de Botticelli, con cuyo estilo tiene muchos puntos de contacto (Visión de san Bernardo). Completó los frescos de Masaccio y de Masolino de la capilla Brancacci del Carmen en Florencia (Escenas de la vida de San Pedro) y pintó también numerosos retablos y cuadros para altares