Político liberal británico. Aunque inglés de nacimiento, su infancia transcurrió en Gales en un medio muy modesto, dada su orfandad. Tras hacerse abogado, pasó joven a la política, resultando elegido miembro de la Cámara de los Comunes en 1890 como candidato liberal: representó a la circunscripción de Carnavon durante 55 años. Sus discursos parlamentarios le distinguieron como un radical inconformista, defensor del particularismo galés y crítico hacia la postura británica durante la Guerra de los bóers (1899-1902).
Representando al ala izquierda del Partido Liberal, accedió al gobierno como ministro de Comercio (1905-08) y de Hacienda (1908-15). En ese tiempo introdujo significativas reformas tendentes a mantener el apoyo del electorado obrero, con las que puso las bases del Estado de Bienestar británico (Ley de pensiones para la vejez en 1908, seguro sanitario nacional en 1911…). Su proyecto de Presupuesto para 1909, destinado a financiar tales gastos sociales, introducía además significativas reformas tributarias, como el aumento del impuesto de sucesiones o la creación de un moderno impuesto sobre la renta personal de carácter progresivo.
El obstruccionismo contra el «Presupuesto Popular» que encontró en la Cámara de los Lores, bastión de la conservadora aristocracia británica, le determinó a impulsar la reforma del sistema político en un sentido más democrático, apoyando la reducción de los poderes de la cámara alta mediante la Ley Parlamentaria del primer ministro Asquith (1911)
Al estallar la Primera Guerra Mundial (1914-18) su protagonismo político se acrecentó: primero fue nombrado ministro de Municiones (1915-16), dirigiendo la organización de la industria británica de armamento; luego pasó a ser ministro de la Guerra (1916); y finalmente encabezó a los disidentes del partido que, aliados con los conservadores, derrocaron al liberal Asquith, a quien sustituyó como primer ministro el propio Lloyd George (1916-22).
Al frente de un gabinete de coalición con los conservadores, movilizó las fuerzas militares y civiles de Gran Bretaña y manejó hábilmente la diplomacia internacional hasta lograr la victoria sobre Alemania, al mismo tiempo que hacía valer la prevalencia del poder civil sobre el militar. Su política de mejoras para los trabajadores consiguió atenuar la conflictividad durante la guerra y evitar un gran estallido social en los años posteriores (1919-20).
Acabada la guerra, asistió personalmente a la Conferencia de Paz de París (1919), donde intentó moderar la dureza de las condiciones impuestas a los vencidos, enfrentándose al revanchismo francés contra Alemania; fue también Francia la que frustró su proyecto de revisar las reparaciones de guerra exigidas a Alemania para facilitar la recuperación económica de Europa. Dio una solución al problema irlandés, que se había convertido en rebelión abierta durante la guerra, otorgándole la independencia a la isla en 1921. Pero fracasó en su política exterior de engrandecimiento de Grecia a costa de Turquía (nuevamente por la oposición francesa).
Fueron estos dos últimos asuntos los que le enemistaron definitivamente con sus socios conservadores, que le hicieron caer del gobierno en 1922. Aunque el Partido Liberal fue reunificado en 1923, no pudo detener el declive en que había entrado con la escisión de 1916, debido al fortalecimiento del Partido Laborista como alternativa de poder independiente. Lloyd George quedó políticamente aislado y perdió más tarde el prestigio que le quedaba al declarar su admiración por Hitler
(Glasgow, 1889- Santa Mónica, 1960) Director de cine estadounidense de origen británico. Se especializó en cine de aventuras (Cabalgata, 1933; Rebelión a bordo, 1935; Señores del mar, 1939; Última orden, 1955)