Criminólogo italiano. Ingenio muy precoz, a los quince años publicó Sàggio di studi sulla Repubblica Romana (1850), donde establece las diferencias entre la civilización romana y la italiana de su tiempo. Sin embargo, su genialidad sólo quedaría plenamente revelada en el estudio de la antropología. A lo largo de toda su actividad demostró un interés particular por la psiquiatría.
En 1859 se doctoró en Medicina en Pavía con la tesis Ricerche sul cretinismo in Lombardia; posteriormente enseñó en la universidad local, y fue director del manicomio de la citada población. Por aquel entonces publicó Genio y locura (1864) y El hombre delincuente (1876). Más tarde pasó a Turín, donde entre 1876 y la fecha de su muerte desempeñó en la universidad, sucesivamente, las cátedras de Medicina legal, Psiquiatría y Antropología criminal. Entre sus restantes obras cabe mencionar La mujer delincuente, la prostituta y la mujer normal, así como El hombre blanco y el hombre de color.
Los principales campos de su investigación fueron la genialidad, la delincuencia y la pelagra. Si bien poseedor de una gran intuición, careció de sentido crítico, y no profundizó en las causas de las cuestiones estudiadas. Muchas de sus teorías se hallan hoy completamente caducadas. Sin embargo, a sus estudios médico-antropológicos sobre el delincuente se deben las bases de la antropología criminal que ha inspirado las nuevas concepciones del derecho real y de la administración de justicia
(Étienne-Charles de Loménie de Brienne; París, 1727-Sens, 1794) Prelado y estadista francés. Nombrado ministro de Hacienda en 1787, impulsó una política reformista basada en la generalización del impuesto y el préstamo masivo, lo que le acarreó la oposición de los nobles. Dimitió (1788) tras la convocatoria de los Estados Generales, siendo sustituido por Necker