Pintor italiano. Se desconoce quién fue su maestro, pues realizó numerosos viajes y es probable que aprendiera en diversos talleres. Aunque la composición de su estilo es esencialmente veneciana, sus soluciones son muy personales y de gran modernidad. Sus obras de juventud (El obispo Rossi, 1505; el retablo de Santa Cristina, 1505-1506; San Jerónimo, 1506) tienen cierta relación cronológica con las de Giorgione. También estudió con atención a los maestros de su época, como Bellini, Antonello da Messina y Durero. Tras su estancia en Roma (1509), su obra acusa cierta influencia de Peruzzi, Sodoma, Bramantino y, sobre todo, Rafael. De regreso en Venecia en 1526, su producción, que no muestra influencia alguna de Tiziano, se caracteriza por un estilo suelto y dramático (La gloria de san Nicola, 1529; Crucifixión, 1531; Madona del Rosario, 1539; La limosna de san Antonio, 1542). De entre sus numerosos retratos, algunos de ellos verdaderas obras maestras, cabe destacar: Agostino y Niccolò della Torre (1515), Micer Marsilio y su esposa (1523), Retrato de joven (1527) y Andrea Odoni (1527)
(Bautzen, 1817-Berlín, 1881) Filósofo y fisiólogo alemán. Fue profesor en Leipzig, Gotinga y Berlín. Subordina su mecanicismo (contra la fuerza vital) a un finalismo basado en Leibniz. Entre sus obras, cabe citar Metafísica (1841), La idea de lo bello (1846), Principios de psicología fisiológica (1852) y Sistema de filosofía (1874-1879)