Militar y político alemán . Sus brillantes cualidades militares le hicieron destacar desde el comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914-18), cuando tomó la ciudad belga de Lieja mediante un audaz golpe de mano. Hindenburg le nombró entonces jefe de Estado Mayor (1914) y juntos formaron un equipo inseparable hasta el final de la contienda.
Primero dirigieron las operaciones alemanas en el frente del este, donde obtuvieron la victoria de Tannenberg sobre el ejército ruso. Y, desde que los partidarios de concentrar el ataque en el frente occidental quedaron desautorizados por el fracaso de Verdún (1916), Hindenburg y Ludendorf quedaron dueños del poder militar en Alemania; de hecho, ese poder se extendió al terreno político en una especie de dictadura de los dos generales: para tener las manos libres hicieron revocar a Bethman-Hollweg y sustituirlo por cancilleres de menor personalidad; hicieron caso omiso de las resoluciones del Parlamento pidiendo la paz; lanzaron la guerra submarina, que acabó provocando la intervención de los Estados Unidos contra Alemania (1917); y movilizaron las fuerzas de la nación para una verdadera «guerra total».
Cuando, derrotada Alemania, el gobierno de Max de Baden decidió pedir la paz, Ludendorff se quedó solo defendiendo la continuación de la resistencia. Su destitución por el emperador en el mes de octubre dio paso al estallido de la revolución de noviembre, que en gran parte fue una reacción de la izquierda contra la dictadura reaccionaria del tándem Hindenburg-Ludendorff. Este último huyó disfrazado a Suecia, regresando a Baviera en 1919.
Durante la República de Weimar (1919-33), participó en diversos movimientos ultraderechistas contra el régimen democrático: participó en el fracasado putsch de Hitler en Múnich (1922); fue derrotado como candidato nacionalsocialista a la Presidencia de la República (1925); y, tras dirigir el Partido Nacional Alemán de la Libertad, fundó con su esposa una secta nacionalista llamada Liga de Tannenberg (1926)
(Chasseneuil, 778-Ingelheim, 840) Rey de Aquitania (781-814) y emperador de Occidente (814-840). Hijo de Carlomagno, al morir sus hermanos quedó como único heredero. En 817 arregló la sucesión del Imperio, repartiéndolo entre sus hijos Lotario, Pipino y Luis, asociando al primero al trono imperial. Ello provocó la rebelión de su sobrino Bernardo, rey de Italia (818). En 829 otorgó a su cuarto hijo, Carlos, una parte del Imperio, lo que aumentó el descontento de la nobleza, que lo destronó en 830. Al año siguiente fue repuesto, pero la lucha entre sus hijos desestabilizó el Imperio y en 833 fue desplazado por Lotario. Recuperó el trono (835), pero no pudo mantener la unidad del Imperio. A su muerte estalló la guerra entre sus hijos