Sultán otomano. Hijo de Mustafá II, sucedió a su tío Ahmet III en 1730, cuando éste fue obligado a abdicar por el cuerpo de jenízaros. Mahmut fue sobre todo un reformador y un activo promotor del arte y la cultura otomanos. Introdujo importantes reformas en el ejército otomano, que si bien recuperaron algunos antiguos sistemas de organización, supusieron una radical modernización del ejército imperial turco, con el propósito de poner fin a la hegemonía militar europea. En tal sentido intentó introducir el uso de uniformes, armas y tácticas occidentales.
Entre 1717 y 1730 tuvo lugar el «período de los tulipanes», así denominado porque la importación de tulipanes de los Países Bajos era la principal afición de los miembros de la alta sociedad otomana. En 1730, el imperio alcanzó la cima de su europeización, aunque este fenómeno no logró penetrar entre las masas, que siempre lo consideraron como algo totalmente extraño y objeto de rechazo.
Durante su reinado, Mahmut I luchó en cuatro ocasiones contra Persia y una contra Rusia, entre 1736 y 1739. Esta última guerra concluyó con la firma de la fructífera paz de Belgrado de 1739, que fue posible gracias a la fuerte expansión turca por el Danubio y a la actuación de Francia como mediadora. Este acuerdo permitió a Mahmut I reconquistar para el imperio el norte de Serbia, Bosnia, la Pequeña Valaquia, Moldavia y Crimea, y firmar al año siguiente una alianza con Francia.
También debió enfrentarse a numerosas revueltas urbanas y rurales llamadas «democráticas», levantamientos de protesta contra los proyectos de modernización social y que emprendía el Estado. El pueblo consideraba los intentos de modernización como un lastre que aceleraría la decadencia del imperio
(Estambul, 1784-Nisibin, actual Turquía, 1839) Sultán otomano (1808-1839). Accedió al trono imperial tras la deposición de Mustafá IV y del asesinato de Selim III, apoyado por el bajá de Ruschuck, Bayrakdar Mustafá. Éste, a quien nombró visir, fue sin embargo asesinado por los jenízaros, que vieron en él una amenaza para sus privilegios militares. Durante su mandato tuvo que hacer frente a las ansias expansionistas de Rusia, a la que acabó cediendo Besarabia de acuerdo con las disposiciones del tratado de Bucarest (1812). Mahmut II emprendió una profunda reforma de las instituciones militares y del ejército, con el propósito de modernizar sus estructuras siguiendo el modelo de los países europeos. En el marco de este proceso, en 1826 ordenó la ejecución de los jenízaros que se opusieran al nuevo orden militar. En 1820 se produjo en Grecia una sublevación independentista que no pudo sofocar, y, al cabo de nueve años, se vio obligado a reconocer la independencia de Grecia. Mahmut II falleció en 1839 en Nisibin, en el transcurso de un enfrentamiento con Ibrahim Bajá