Actor estadounidense. Compañero inseparable de Jack Lemmon en el cine, está considerado uno de los grandes actores de la comedia americana, gracias a su camaleónica capacidad de interpretación, que le permitió interpretar con igual credibilidad a un seductor empedernido, un viejo gruñón, un perverso compañero, un padre temeroso, un ejecutivo firme o un hombre de la calle. Su desparpajo natural, el andar poco elegante, el rostro feo y el rudo acento de arrabal, que le impidieron convertirse en primer actor en sus comienzos, hicieron luego de él uno de los actores de comedia más famosos de Hollywood.
Hijo de emigrantes judíos, su infancia se vio condicionada por la ausencia de medios económicos. Su vocación interpretativa se manifestó desde muy pequeño, cuando participaba en todo tipo de obras infantiles. Consolidó esta incipiente formación dramática al tiempo que estudiaba periodismo en la Universidad de Columbia, bajo la tutela de Erwin Piscator. Tras participar en la Segunda Guerra Mundial como operador de radio de un bombardero -actividad por la que obtuvo varias condecoraciones-, pasó algunos años sobre los escenarios de Broadway, época de la que merece la pena destacar uno de sus primeros papeles, en la obra Ana de los mil días, en la que encarnó a un maduro obispo
En los primeros años cincuenta comenzó a intervenir en programas de televisión, como The Philco Televisión Playhouse, Motorola TV Theatre, Goodyear Televisión Playhouse, The Alcoa Hour y Alfred Hitchcock Presents y en series como Naked City, Route 66 o Insight, y, a mediados de la década, se consideró dispuesto a dar el salto a la pantalla grande. Se acercó por primera vez al cine en El hombre de Kentucky (1955), de Burt Lancaster, filme que fue seguido de otras intervenciones de tono menor en las que su particular rostro le llevó a interpretar a los personajes antipáticos de las historias.
Adquirida ya cierta seguridad ante las cámaras, así como varios premios, que se tradujeron más tarde en otros papeles en nuevas películas. Sorprendió a todos tras las cámaras cuando dirigió Gangster Story (1960), trabajo que pasó sin pena ni gloria, pero que le condujo, tres años más tarde, a Charada (1963), de Stanley Donen, como personaje-conflicto entre Cary Grant y Audrey Hepburn
Una obra teatral, escrita expresamente para él por Neil Simon, titulada La extraña pareja, le mereció un premio Tony; además, la repercusión de su trabajo en escena le llevó a ser uno de los principales rostros del que fue uno de sus más notables éxitos cinematográficos, Bandeja de plata (1966), de Billy Wilder, en un papel que le reportó su Oscar al Mejor Actor Secundario. Fue la mejor oportunidad para Walter de demostrar que su trayectoria y formación le capacitaba para dar mucho más en papeles de gran fuerza.
Precisamente, a partir de este trabajo la pareja Matthau-Lemmon se consolidó como una de las más inteligentes y efectivas del cine de comedia, ya fuera dirigida por el propio Wilder (Primera plana, 1974; Aquí un amigo, 1981) o aprovechados por otros en interesantes trabajos como La extraña pareja (1968), de Gene Saks, sin duda una de las grandes comedias estadounidenses, y muchos años después, en Dos viejos gruñones (1993), de Donald Petrie, y Discordias a la carta (1995), de Howard Deutch. Los lazos surgidos entre los dos actores permitieron a Lemmon dirigir a su amigo en Señor Kotcher (1971), con la que fue nominado al Oscar de la Academia
Si hubo algo esencial en la relación cinematográfica entre Matthau y Lemmon fue su necesaria convivencia a partir de un rechazo mutuo en el que floreció siempre la crispación, la falta de entendimiento y la provocación constante. La maquinación -y manipulación- fue siempre la espoleta de Matthau en su relación con Lemmon. Quizá la síntesis de su existencia cinematográfica –repleta de cinismo- se encuentre en Dos viejos gruñones, una obra que en la madurez sintetizó la aportación realizada a lo largo de los años
Fue la comedia el mejor espacio para el trabajo de Matthau. Lo demostró en diversas películas que quedaron para el mejor recuerdo del espectador, como La pareja chiflada (1975), por la que fue nuevamente nominado al Oscar, California Suite (1978) y Soy tu hija, ¿no te acuerdas? (1982), todas de Herbert Ross. No obstante, aportó su buen hacer en dos películas de trasfondo policial como La gran estafa (1973), de Don Siegel, San Francisco, ciudad desnuda (1973), de Stuart Rosenberg, y Pelham 1,2,3 (1974), de Joseph Sargent. Resultó notable su intervención en El arpa de hierba (1995), dirigida por su hijo Charles Matthau. Trabajó a las órdenes de Roman Polanski en Piratas (1985), de Roberto Benigni en Soy el pequeño diablo (1988) y de Oliver Stone en JFK, caso abierto (1991), con resultados muy diversos. Desde mediados de los años sesenta se vio obligado a cuidar su delicado corazón, que le obligó a superar una operación difícil en 1976 y que, finalmente, le causó la muerte el 1 de julio de 2000
(Poessneck, 1950) Nadador alemán, el mejor especialista de espalda en la historia de la natación. Obtuvo ocho medallas (cuatro de ellas de oro) y batió dieciséis récords mundiales de espalda y tres europeos de mariposa
Fue entrenado por Marlies Geisler-Grohe, quien enseñó a Matthes a abrir las piernas en un ángulo de hasta 90 grados, una hazaña física que raramente podían conseguir otros nadadores, y que le permitía acelerar rápidamente en el agua para alejarse de sus rivales. Su primera marca mundial, en 100 metros espalda, la batió en 1967 con tan sólo dieciséis años; el año siguiente sería el de su debut olímpico, en México, donde se adjudicó el oro en los 100, en 200 y se hizo además con la plata en los 4x100 relevos.
En los Juegos de Múnich de 1972, Matthes hizo doblete en 100 y 200. Era la primera vez en la historia que un nadador ganaba en dos ediciones consecutivas de los Juegos Olímpicos el oro en las dos pruebas de espalda. Además marcó otro récord en relevos, si bien el primer puesto del podio fue para la selección norteamericana, entre cuyas filas se hallaba Mark Spitz.
En las Olimpiadas de Montreal 76, ya con veintiséis años y recién operado de apéndice, Matthes obtuvo su última medalla olímpica al quedar tercero en los 100 metros espalda. Se casó con la campeona Kornelia Ender, pero el matrimonio acabó en divorcio. Más tarde, Matthes volvería a casarse y se trasladaría a Tauberbischofsheim, donde ejerció como cirujano ortopédico.