Familia que ostentó el poder en El Salvador entre 1913 y 1927. Favorable a los intereses de la aristocracia cafetalera, marginó a las masas populares de la política, empeorando su situación. Carlos y Jorge (1871-1953), hermanos, ocuparon la presidencia del país, respectivamente, en 1913-1914 (tras el asesinato de Araujo) 1915-1918, y en 1919-1923. Alfonso Quiñones (1874-1950), cuñado de Carlos, fue presidente en 1914-1915, 1918-1919 y 1923-1927
(San Salvador, 1871-1953) Político salvadoreño. Ejerció el poder dictatorialmente como presidente de la república de El Salvador entre 1919 y 1923. Pertenecía a la dinastía de los Meléndez, un clan de la gran oligarquía salvadoreña que, junto al de los Quiñones, dominó el panorama político salvadoreño entre 1913 y 1927, apoyado en su enorme riqueza.
En 1919, tras la muerte de su hermano mayor, Carlos Meléndez (quien ejerció la presidencia entre 1913 y 1918), Jorge fue elevado a la primera magistratura de la República gracias al fraude electoral, que se había convertido en rutina durante el período de dominio de su clan político. Su principal apoyo electoral fue la Liga Roja, organización sindical de estructura vertical creada en 1918 por Carlos Meléndez y Alfonso Quiñones Molina para dar una apariencia de legalidad a la farsa electoral.
Jorge Meléndez fue un digno continuador de la política de su predecesor: su mandato (1919-1923) se caracterizó por la continua e impune violación de las garantías constitucionales, por el mecanismo del pucherazo electoral y por la rapiña económica de la gran oligarquía, la cual monopolizó sin empacho los recursos financieros del país centroamericano.
Durante esta época, El Salvador experimentó un fuerte desarrollo económico, gracias al desarrollo de la exportación cafetera. Pero este enriquecimiento sólo benefició a la gran oligarquía cercana a los Meléndez-Quiñones, y favoreció la creación de un régimen de monocultivo que iba a lastrar el desarrollo posterior del país. La gestión de Meléndez resultó, en lo económico, especialmente sangrante para El Salvador.
El presidente adoptó medidas que conculcaron gravemente la soberanía nacional y establecieron una estrecha dependencia económica del país respecto a los capitales estadounidenses. En 1923, Meléndez otorgó al gobierno de Estados Unidos el control sobre las rentas de aduanas de El Salvador, como garantía del pago de la enorme deuda pública que el gobierno salvadoreño había contraído en los años precedentes con diversas entidades financieras neoyorquinas. Este draconiano empeño de los recursos hacendístico del Estado provocó una importante reacción sociopolítica contra el gobierno de Meléndez.
En 1923 se estableció la Federación Regional de Trabajadores, que se enfrentó al monopolio sindical de la Liga Roja, y de la que saldría el germen del Partido Comunista salvadoreño. La organización de la oposición obrera y liberal amenazó el poder de los Meléndez-Quiñones, pero éstos consiguieron todavía prolongar su gobierno: ese mismo año, nuevamente mediante un pucherazo electoral, Jorge Meléndez traspasó la presidencia a Alfonso Quiñones Molina, quien continuaría el régimen dictatorial hasta 1927, año en que la "dinastía" de los Meléndez-Quiñones fue sustituida por un proceso democratizador encabezado por Pío Romero Bosque