Alpinista italiano. Junto con el austríaco Peter Habeler, fue el primero en escalar el Everest sin la ayuda de oxígeno complementario (1978). Dos años más tarde repitió la hazaña en solitario. Entre sus numerosas conquistas, caracterizadas por la búsqueda de rutas alternativas cada vez más difíciles, se encuentran la de ser el primer alpinista que ha escalado la totalidad de los 14 picos de más de 8000 m de altura (los catorce ochomiles), así como el primero en cruzar la Antártida sin la ayuda de perros o vehículos mecánicos
Natural de la región italiana del Alto Adigio (Tirol Sur), un territorio de etnia y lengua alemanas, el contacto del gran alpinista con la alta montaña fue muy temprano, pues no en vano su comarca natal se encuentra en pleno corazón de la cordillera de los Alpes, al sur de la cadena conocida como Tanaru Altos y al oeste de los célebres Dolomitas, donde se alzan varios picos de más de 3 000 m de altitud
Messner se estrenó en el Himalaya (1970) con la ascensión al Nanga Parvat, montaña de 8125 m situada en la región de Cachemira, entre la frontera de la India y Pakistán. Le acompañaba su hermano Günter, que falleció durante el descenso. La tragedia no desalentó a Messner, que llevaba la montaña en la sangre. En 1978 iba a rubricar la primera de sus grandes aventuras: la ascensión de los 8848 m del monte Everest sin bombonas de oxígeno, un desafío que ningún alpinista había superado. Le acompañó en la empresa un montañero austríaco, Peter Habeler, con quien ya había escalado el Gasherbrum (8068 m).
Dos años más tarde, Messner rizó el rizo de la dificultad repitiendo la ascensión al Everest, de nuevo sin bombona de oxígeno, y esta vez sin compañía. Segunda plusmarca en su haber: nadie había alcanzado antes la cima de esta enorme montaña en solitario.
Pero la doble conquista del Everest no satisfizo las ansias de aventura de Reinhold Messner. Y si difícil fue la ascensión al techo del mundo, no lo fue menos la conquista del K2 (o Godwin Austen, de 8611 m), cuya cima holló, en compañía de A. Gogna, en el año 1979. El K2 se alza en la cordillera de Karakorum, en la frontera entre Pakistán y China. Había sido conquistado por vez primera por otra expedición italiana, dirigida por Ardito Desio (1954).
El Kanchenjunga (K3, de 8598 m) se encuentra en la frontera entre Nepal y la India. Este enorme macizo, que culmina en cinco picos, fue escalado por Messner en 1982 (tuvo como precedente la expedición del galés Charles Evans, que coronó la montaña en 1955).
Messner publicó la crónica de su primera expedición al Everest, Everest. Expedición al punto final, en 1979. En sus páginas pueden leerse reflexiones como éstas: "En las expediciones, lo que me interesa es acercarme más a mí mismo; mirar hacia mi interior. Cuando subo muy alto, puedo mirar muy dentro de mí. Pero si introdujera medios técnicos entre la montaña y yo, no podría percibir ciertas sensaciones: con la mascarilla de oxígeno no puedo comprobar, no puedo percibir qué significa escalar alturas de 8000 metros y más, combatir la tendencia del cuerpo a no obedecer y soportar la soledad sin ninguna ayuda"
Messner había demostrado al mundo que un hombre bien preparado podía enfrentarse con sus propios medios al desafío de la Gran Madre del Mundo, como llaman los nativos del Himalaya al gigantesco monte Everest. Años más tarde, una vez retirado de la escalada de elite, aplicó su experiencia y conocimientos al desarrollo de técnicas de supervivencia en la alta montaña. La intención del veterano montañero italiano no era otra que adiestrar a las futuras generaciones de alpinistas, para que afrontasen con garantías las condiciones materiales más adversas
(Manresa, 1929) Compositor español. Cursó estudios de Ciencias en la Universidad de Barcelona y durante la década de los años cincuenta tomó lecciones de composición de C. Taltabull. En 1957 comenzó a interesarse por el serialismo musical. Dicha influencia se refleja en obras como Sonata (1957), Epitafios (1958) y Tres invencions móbils (1961).
Compositor caracterizado por su constante espíritu de renovación, incorporó a su obra técnicas nuevas tanto en el lenguaje como en la instrumentación. Fue pionero en la utilización de la electrónica en sus composiciones, entre las que destacan Ibèmia (1969), compuesta gracias a la ayuda de un ordenador IBM, y Quina (1980). Colaboró con artistas plásticos como Antoni Tàpies, Brossa (junto al que compuso música para ballets y teatro musical), y Miró, al que dedicó su Tríade per a Joan Miró, compuesta en 1961
En 1952 se unió al Círculo Manuel de Falla y al comenzar la década de los años sesenta fundó la agrupación Música Oberta, que tenía como objetivo difundir la nueva música. Posteriormente ingresó en otros colectivos, como el Conjunt Català de Música Contemporània, el Laboratori de Música Electroacústica Phonos y el Grup Instrumental Català. Su faceta como pedagogo se desarrolló en el marco de los Cursos de Nueva Música de Darmstadt (Alemania), en el Curso Latinoamericano de Música Contemporánea de Brasil y en las Jornades Internacionals de Nova Música de Sitges. Fue también presidente de la Fundació Phonos y miembro de la junta rectora de la Orquestra Simfònica de Barcelona