Compositor, organista, pedagogo y ornitólogo francés. Una profunda fe cristiana, la fascinación por el hinduismo, la seducción por el color instrumental y, sobre todo, el amor a los pájaros y la naturaleza son algunos de los heterogéneos elementos sobre los que se sustenta el personal estilo de Olivier Messiaen, un autor difícilmente encasillable en una corriente concreta. Fascinante por su riqueza tímbrica, rítmica y armónica, inconfundiblemente moderna, su música es portadora de un mensaje humano y universal que supera su evidente confesionalidad católica.
Hijo de un profesor de literatura y traductor de Shakespeare, y de una poetisa, Cécile Sauvage, Messiaen creció en un ambiente favorable a toda expresión artística. Talento precoz, fue alumno del Conservatorio de París, donde estudió órgano (instrumento del que iba a ser un consumado intérprete) y composición. En 1936 fue uno de los fundadores de la Jeune France, grupo dedicado a difundir la nueva música francesa.
Llamado a filas tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, en 1940 Olivier Messiaen fue hecho prisionero por los alemanes e internado en un campo de concentración en Silesia, donde compuso el Quatuor pour la fin du temps. Acabada la contienda, el nombre del compositor comenzó a cobrar cierta relevancia, sobre todo a partir del estreno (en 1949 y bajo la batuta de Leonard Bernstein) de la monumental Sinfonía Turangalila.
Profesor en Darmstadt entre 1950 y 1953, y del Conservatorio de París desde 1966 hasta 1978, sus clases ejercieron una influencia determinante en compositores como Pierre Boulez, Iannis Xenaquis y Karlheinz Stockhausen. Aclamado como uno de los mejores compositores de su época, Messiaen recibió numerosas distinciones a lo largo de su vida, entre otras la de un monte en el estado norteamericano de Utah que fue bautizado con su nombre. La muerte le sorprendió mientras trabajaba en la orquestación del Concert à quatre, para flauta, oboe, violoncelo, piano y orquesta, culminado por su viuda, la pianista Yvonne Loriod
(Badonviller, 1730-París, 1817) Astrónomo francés. Centró su actividad en el estudio de los cometas, de los que descubrió trece. Su fama se debe a la publicación, en 1771, del catálogo de nebulosas y cúmulos de estrellas que lleva su nombre, que contenía 103 objetos hasta la magnitud 11 aproximadamente