Rey de Portugal. Tercer hijo de Juan VI, marchó al exilio con su familia ante la invasión de las tropas napoleónicas en 1808. Una vez derrotada ésta, se puso al frente de los absolutistas y obligó a su padre a derogar la Constitución de 1822. Tras el fracaso de un nuevo golpe de fuerza en 1824, Miguel tuvo que refugiarse en Viena. Al fallecer Juan VI, su hermano Pedro, emperador de Brasil, le nombró regente (1827) de Portugal durante la minoría de edad de María de la Gloria, la heredera legítima al trono portugués tras la renuncia al mismo por parte de Pedro. Miguel prometió casarse con ella, pero una vez en Lisboa disolvió la Cámara de los Diputados y se hizo coronar rey del país el 3 de mayo de 1828. Pedro, tras abdicar en su hijo, regresó a Portugal, y apoyado por la Cuádruple Alianza, derrotó a Miguel en 1834, obligándole a renunciar a sus pretensiones
(Sinaia, 1921) Rey de Rumania que ocupó el trono entre 1927 y 1930, y entre 1940 y 1947. La corona de Rumania fue instaurada en 1881 por un príncipe alemán de la familia de los Hohenzollern, Carol I. Cuarenta años más tarde, Carol II, el padre de Miguel, prefirió renunciar a sus derechos sobre el trono, abandonar a su mujer y a sus hijos y marcharse a París; después de tres años regresó, depuso a su hijo, que contaba a la sazón con nueve años, y expulsó del país a su ex mujer, la princesa Elena de Grecia, para instaurar en su lugar a su amante.
En 1940, la situación cambió cuando Hitler conquistó el poder y colocó como rey a Miguel; en 1944 un golpe de Estado, dirigido por el joven rey, despachó a los nazis y trató de reconciliar a su país con el bando aliado, pero era demasiado tarde. El ejército soviético invadió Rumanía y los comunistas obligaron a abdicar a Miguel a punta de pistola en 1947, cuando contaba con tan sólo veintiséis años de edad; fue expulsado del país y todos sus bienes quedaron expropiados.
El 10 de junio de 1948 se casó con la princesa francesa Ana de Borbón-Parma en Atenas; la familia vivió primero en Inglaterra y luego en Suiza, en Verçoix, un pequeño pueblo cercano a Ginebra, donde Miguel I pasó la etapa más feliz de su vida trabajando como piloto de pruebas para la compañía aeronáutica norteamericana Lear. En 1992 pudo volver a su país, siempre bajo control de las fuerzas rumanas; la segunda ocasión fue en 1996, cuando el presidente conservador Constantinescu selló la reconciliación