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Biografía de Edna St. Vicent Millay

Rockland, 1892 - Austerlitz, 1950

Poetisa norteamericana. Publicó su primer poema cuando todavía era estudiante en la Universidad de Vassar (Nueva York). Poco después de terminar sus estudios se mudó al bohemio barrio de Greenwich Village, que en aquellos momento era punto de referencia obligado para los artistas e intelectuales. Fue autora de varios volúmenes de poemas como Renascence and Other Poems (1917), A Few Figs from Thistles (1920), Second April (1921), The Harp Weaver and other Poems (1923) -por la que le fue concedido el Premio Pulitzer de ese mismo año-, The Buck in the Snow (1928), Wine from these Grapes (1934), Conversation at Midnight (1937), Huntsman, What Quarry? (1939), There Are No Islands, Any More (1940), Mine the Harvest (1954). Entre las muchas obras que publicó a lo largo de su vida, se encuentran tres obras de teatro en verso -Aria da Capo (1919), The Lamp and the Bell (1921), Two Slatterns and a King (1921)- y el libreto para la ópera The King´s Hechman, compuesta por Denis Taylor y producida en 1927

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( Cecil Blount De Mille; Ashfield, 1881 - Hollywood, 1959) Productor y director de cine estadounidense recordado especialmente por sus superproducciones de epopeyas históricas y religiosas. Nacido en el seno de una familia creativa, su padre fue maestro además de actor y autor dramático -trayectoria que continuó su otro hijo, William- mientras que su madre, también maestra, impartía clases de inglés en la Lockwood Academy de Brooklyn. El joven Cecil decidió estudiar Arte Dramático en Nueva York, adonde se trasladó la familia, tras pasar por la Escuela Militar de Pennsylvania y ser rechazado como soldado para luchar en la guerra contra España

En 1900 logró interpretar algunas obras en Broadway (A Repentance, To Have and to Hold, Hamlet, My Wife’s Husbands) y formó parte, entre otras, de la compañía de Mary Pickford, gracias a la ayuda del director teatral David Belasco, el amigo de su padre. Fueron años en los que, además de casarse con la actriz Constance Adams, se dedicó a producir y dirigir algunas obras (The Bohemian, The Mikado, The Marriage Not) y a escribir otras en solitario o con su hermano William (Son of the Winds, The Stampede, The Royal Mounted, After Five, Church Play), lo que le ayudó a alcanzar la experiencia suficiente y a conocer la puesta en escena, la dirección de actores y el mundo del espectáculo en general. Quizá la seguridad adquirida fue la que le animó a entrar de lleno en el mundo del cine, medio en el que tenía buenos contactos y donde conocía a numerosos empresarios

En 1913 decidió crear una empresa de producción denominada Jesse L. Lasky Feature Company, para la que contó como socios con Samuel Goldwyn y Jesse Lasky y que poco después se fusionó con la Famous Players para dar lugar a la Famous Players Lasky. Esta plataforma permitió a De Mille iniciar su carrera como director y guionista con películas como El mestizo y La llamada del Norte (ambas de 1914) en una etapa muy prolífica en la que contó con un excelente colaborador en la persona del operador Alvin Wyckoff. Desde sus primeras obras demostró una gran preocupación por las historias que contaba, desde el guión -que siempre cuidó con esmero- a la representación. En este sentido, formó parte del reducido grupo de directores que buscaron consolidar una estructura narrativa eficaz para el progreso del relato y la aplicación de los recursos necesarios para obtener una mayor expresividad

A su órdenes trabajaron actrices como Blanche Sweet (La muchacha del dorado Oeste, 1915), Geraldine Farrar (Tentación, 1916; Juana de Arco, 1917) y Mary Pickford (Alma de las cumbres; La pequeña heroína,1917). En aquellos años, De Mille decidió trabajar sobre temas más comprometidos que evolucionaron entre la comedia simple y aquella otra que ahondaba en los problemas de pareja, vistos desde los postulados más conservadores pero que encerraban buenas dosis críticas a los convencionalismos sociales. En este sentido, profundizó con agudeza en las películas interpretadas por Gloria Swanson (A los hombres, 1918; Macho y hembra, 1919; ¿Por qué cambiar de esposa?; La fuerza de un querer, 1920; El señorito Primavera, 1921), con las que refrendó su interés por introducir la sugerencia moralista contrastada por la sensualidad emanada de una actriz con grandes recursos. Su habilidad para sortear todos los inconvenientes que pudieran surgir tras la proyección fue notable, al centrar algunos de los pasajes más resolutivos en épocas históricas pasadas

A partir de 1923, Cecil decidió ampliar su horizonte como productor. Se alió con Adolph Zukor para Los diez mandamientos (1923) y, dos años más tarde, se independizó para constituir la Producers Distributing Corporation con la que realizó, entre otras, El Rey de Reyes (1927); películas de alto presupuesto y compleja realización que, sorprendentemente, alcanzaron una notoriedad fuera de lo común y que marcaron la trayectoria de De Mille para una inmensa mayoría de espectadores. Este cine espectacular encerró grandes dosis de intimismo que, con los años, se valoró mucho más. El propio realizador confirmó que su trabajo le resultó mucho más atractivo al dirigir ciertos melodramas como Triunfo (1924), La cama de oro (1925) o La incrédula (1929)

A partir de la implantación del sonido, De Mille pensó en desarrollar al máximo sus propuestas. Sin embargo, no encontró el camino adecuado entre las historia del viejo Oeste y el cine histórico y bíblico. El western dio cobijo a varias películas de singular interés y en El prófugo (1931), la tercera versión que dirigió de la historia de Edwin Milton Royle, presentó un trabajo muy interesante pero incomprendido. Con Búfalo Bill (1936), el director buscó adentrarse en la leyenda sin olvidarse del necesario romanticismo entre los personajes de la historia, y con Unión Pacífico (1939) quiso reconstruir la unión del país a través del ferrocarril con el apoyo de los hombres y mujeres que vivieron y sufrieron para conseguir dicho logro. En cada caso, De Mille contó con la mujer ideal para sus aventuras y respondieron con igual fuerza interpretativa Lupe Vélez, Jean Arthur, Barbara Stanwyck o Paulette Goddard en Policía Montada del Canadá (1940), Piratas del Mar Caribe (1942) y Los inconquistables (1947)

La producción histórica estuvo rodeada del éxito que despertó siempre la superproducción en buena parte del público. El signo de la Cruz (1932) reunió la riqueza del gran decorado con la sensualidad y el erotismo que afloró de las relaciones que surgieron en el entorno de Nerón y su esposa Popea. Cleopatra (1934) fue una de las versiones más logradas de todas las que se acercaron hasta la fecha al personaje. Claudette Colbert, como en la película anterior, se convirtió en el eje de la historia que mantuvo la inteligente apuesta sensual que tanto preocupó a De Mille. Las cruzadas (1935) supuso un notable acercamiento a una historia muy lejana para los estadounidense, pero en la que Cecil consiguió aglutinar lo fundamental -medios y ambientación- y crear algunos de los momentos más vibrantes que se recuerdan en este tipo de películas

Los temas bíblicos son, para muchos, las referencias de la obra de De Mille. Evidentemente, consiguió algunas de sus cotas más importantes, pero la comercialidad y el tono de superproducción que rodeó a sus trabajos restan en alguna medida el carácter apasionado e íntimo de su producción. No obstante, tanto Sansón y Dalila (1949), en la que Hedy Lamarr se convierte en tentación con la misma fuerza que lo había sido Gloria Swanson en su momento, como Los diez mandamientos (1956), con dos inolvidables interpretaciones de Chalton Heston y Yul Brynner, son dos monumentales aportaciones de uno de los directores más completos que dio el Hollywood clásico

De Mille fue un director poco convencional. Ejerció una dictadura férrea sobre los rodajes e igualmente a la hora de preparar al detalle sus producciones. Además de contar con una de las mejores secretarias personales que hubo en Hollywood, Gladys Rosson, supo rodearse de un buen equipo, especialmente de operadores-directores de fotografía pues, aparte de Wyckoff en su primera etapa, aprovechó posteriormente las aportaciones de otros como J. Peverell Marley, Harold Rosson, Karl Struss y Victor Milner. También influyó en su obra el trabajo de la guionista Jeannie McPherson y Anne Bauchens fue la eficaz colaboradora que necesitó para el montaje de casi todas sus películas.

Su itinerario creativo se fundamentó en el diseño de grandes decorados -extensos exteriores y exuberantes y cuidados interiores- en los que logró conjugar las grandes acciones con otras más íntimas en historias con un gran acontecimiento de fondo, sobre móviles muy definidos y relaciones conflictivas que emanan del deseo de comunicarse, aunque los personajes se muevan entre la luz y la sombra misteriosa que encierra todo ser humano

Aunque fue uno de los directores que fundaron en 1927 la Academia de las Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood y que en 1949 recibió el Oscar Honorífico por toda su carrera, el trabajo de Cecil B. de Mille no fue muy premiado por la Academia. No llegaron a la treintena la nominaciones y sólo destacan el Oscar a la Mejor Fotografía de Milner por Cleopatra, Oscar al Mejor Montaje a Bauchens por Policía Montada del Canadá, Oscar a los Mejores Efectos Especiales por Piratas del mar Caribe y los dos Oscar a la Mejor Película y Mejor Guión Original que recibió El mayor espectáculo del mundo

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