Poeta francés en lengua provenzal, fundador del movimiento llamado Félibrige o felibrismo, que trató de devolver su antiguo esplendor a la lengua y a la literatura provenzal.
Hijo de unos modestos terratenientes, hizo sus estudios en el Colegio real de Avignon, de donde salió bachiller en 1847; siguió después los cursos de Derecho de la Facultad de Aix, donde se licenció en 1851. Ya en los años de colegial traducía al provenzal los Salmos penitenciales y había trabado amistad con un pasante, Joseph Roumanille, que soñaba con restituir sus patentes de nobleza a la lengua provenzal, oficialmente proscrita a consecuencia de la ordenanza de Villiers Cotteret de 1539; en ella se ejercitaban poetas, obreros o campesinos, autores de ensayos gramaticales; pero las asambleas literarias que Roumanille reunió en Arlès en 1852 y en Aix en 1853 no tuvieron éxito.
Decidido a no abandonar la hacienda de su padre, emprendió, en 1851, después de algunas buenas tentativas poéticas, la composición de una epopeya en muchos cantos, Mireia, que no se publicaría hasta bastantes años más tarde. Le unían relaciones de amistad y buena vecindad con jóvenes intelectuales, apasionados también por el renacimiento de la literatura provenzal, y especialmente con Théodore Aubanel.
El 21 de mayo de 1854, fiesta de Santa Estrella, Mistral, Roumanille, Aubanel y cuatro literatos más de lengua provenzal se reunieron en una casa de las cercanías de Gadagne y decidieron fundar una escuela literaria. A este propósito recuerda Mistral un fragmento de una obra de San Anselmo, en el que evoca "a los siete felibres de la ley" que discuten en el Templo con Jesús. Bautiza a los siete compañeros con el nombre de "felibres", palabra de la que no se conoce con exactitud la etimología ni el significado. El "felibridge" adoptó el siete como número sagrado, Santa Estrella como patrona y Mistral juró escribir su "ley".
A la muerte de su padre, en 1855, el Mas del Juge pasaba a su hermano mayor; Mistral y su madre fueron a vivir en una casa de enfrente, llamada "del lagarto", a causa de un pequeño reptil de piedra que coronaba el dintel. Colabora activamente en la Armana provençau, recopilación anual del grupo, y emprende un vasto trabajo lingüístico y lexicográfico, que terminará en 1878 con la publicación, a expensas suyas, del Tresor dóu Felibridge, completísimo diccionario provenzal-francés.
Mireia, leída finalmente en público en Marsella el 29 de octubre de 1858, impresa en 1859 por Roumanille y elogiada por Lamartine, alcanzó un gran éxito, incluso en París, éxito que se acentuó más aún cuando en 1864, Gounod, con la colaboración del propio Mistral, extrajo de ella el tema de una ópera. En 1867 publicó Calendal. Mientras Saint-René Taillandier, profesor de la facultad de Montpellier, ejercía las funciones de tutor y, por decirlo así, servía de garantía universitaria al "felibridge", entonces en plena expansión, Mistral era el jefe literario indiscutido del movimiento.
La ventolera patriótica que volvió a poner en boga las fuerzas provinciales y regionales a raíz de la invasión y del sitio de París reforzó el movimiento "felibre", que celebró el quinto centenario de la muerte de Petrarca con grandes fiestas en Avignon y manifestaciones de todo género en Marsella, Aix, Arlés y Montpellier, donde recibió las adhesiones de los especialistas en lenguas románicas, como Gaston Paris y Michel Bréan. 1876 fue un año especialmente importante para Mistral: publicó con el título Las islas de oro una recopilación de todas las poesías compuestas desde su juventud, y que en gran parte contiene lo mejor de su obra. El 21 de mayo, el "felibridge" aprobó en Aviñón una constitución muy esmerada cuyas grandes líneas habían sido trazadas por Mistral y que le ha sobrevivido. En septiembre de aquel mismo 1876, Mistral, que tenía cuarenta y seis años cumplidos, se casaba con Renée-Louise Rivière, hija de un comerciante de Dijon, la cual tenía veintisiete años menos que él.
En 1878, su popularidad había rebasado ampliamente los límites de Provenza. A raíz de la publicación de Nerto (1884), "poema aviñonés", la Academia repartió el premio Vitet entre él y Gustave Droz. Mistral se encontraba en aquel momento presente a la apoteosis parisiense del "felibridge", poderosamente apoyado por Paul Mariéton, rico lyonés que se había convertido en un ferviente "felibre". Con la simpatía de numerosos eruditos en lenguas románicas, Mistral llegó incluso a pensar en una especie de verdadera federación internacional del "felibridge", que iría desde Portugal hasta Rumania. Los 10.000 francos del premio Jean Reynaud, de la Academia, le permitieron fundar en Aviñón, en 1891, un periódico provenzal, el Aioli, que aparecerá tras veces al mes durante siete años, con la ayuda de Folco de Baroncelli-Javon y de Marius André.
Tras la caída del Segundo Imperio, no habían faltado tentaciones políticas al "felibridge", acusado a veces de maniobras separatistas por la prensa de la capital. El debate que persistía en la opinión pública francesa en torno al problema monarquía-república reforzaba estas tentaciones, que Mistral, por su parte, trató de superar o, por lo menos, de dominar. En 1878 hubo de ceder a las presiones de Roumaville y sacrificar al piadoso pero sensual Aubanel, tipógrafo del papa, que se había hecho sospechoso de republicanismo y de inmoralidad a los ojos de la sociedad burguesa de Aviñón. En las elecciones de 1880, Mistral se negó a presentarse como candidato de los conservadores monárquicos.
En 1890, año en que aparece La reina Juana (La reina Jano), se veía claro que la acción de los "felibres" con respecto al desarrollo de la lengua provenzal era ilusoria y que esta lengua no se emplearía en las escuelas elementales; en marzo de 1892, parte de los jóvenes "felibres" se lanzaba con Maurras a la acción política. Mistral condenó esta transformación política del "felibridge"; pero se adhirió a la "Lligue de la Patrie française", fue antidreyfusista, anticombista y nunca desmintió su amistad con Maurras.
En 1907 se negó a apoyar la rebelión de los viñadores de Montpellier contra el poder central. Pero sería atrevido deducir de todo esto una doctrina política de Mistral. A partir de 1900, en un ambiente que la divergencia de opini