Quinto emperador azteca (1440-1469). Hijo del emperador Huitzilihuitl II, en 1417 asumió la dirección del ejército azteca, cargo que mantendría durante los reinados de Chimalpopoca (1417-1427) e Itzcóatl (1427-1440). A la muerte de éste, en 1440, Moctezuma I Ilhuicamina fue elegido soberano del Imperio Azteca e inició una brillante etapa de expansión militar, con la ayuda de sus aliados tradicionales, los pequeños Estados de Texcoco y Tlacopan.
Tras derrotar al rey de Tlatelolco, que había intentado usurpar el trono azteca, someter a Atonal, señor de Coixtlahuaca, y arrasar las ciudades de Chalco y Tepeaca, extendió sus posesiones hacia las zonas de Guerrero, Hidalgo, Puebla y Oaxaca, y llegó a dominar todo el altiplano de Anáhuac.
Estas victorias le permitieron consolidar un poder absoluto, de carácter teocrático, frente a la siempre influyente nobleza militar y sacerdotal. Sin embargo, no pudo impedir que una serie de calamidades naturales, como inundaciones y hambrunas, asolaran su imperio, lo cual provocó la proliferación de los sacrificios humanos a fin de aplacar la cólera de los dioses. Cabe señalar, en este sentido, el comienzo de la práctica de las llamadas guerras floridas, campañas anuales contra las ciudades independientes de Tlaxcala y Huejotzingo destinadas a capturar prisioneros para los sacrificios religiosos.
A partir del año 1456, una vez superadas las dificultades, el Estado azteca recobró la prosperidad y su capital, Tenochtitlán (actual Ciudad de México), conoció una época de esplendor económico y artístico sin precedentes. A pesar de su carácter severo y autoritario y de su incapacidad para dotar al imperio de una administración eficaz, Moctezuma I supo ganarse el aprecio de sus súbditos y mantenerlo hasta su muerte
(?, 1466-Tenochtitlán, hoy Ciudad de México, actual México, 1520) Noveno emperador azteca (1503-1520). Hijo del emperador Axayácatl, fue elegido gran sacerdote y, en 1502, sucedió a su tío Ahuitzotl en el gobierno de un vasto imperio, que se extendía desde el límite meridional del actual Michoacán hasta más allá del istmo de Tehuantepec y cuya capital era Tenochtitlán (actual Ciudad de México). Esta gran urbe, fundada hacia 1325 por los aztecas sobre un lago, en 1519 contaba con una población de unos 100.000 habitantes.
A fin de estructurar sus dominios, Moctezuma II organizó el imperio en diversas provincias, creó una sólida administración central y reguló el sistema tributario. Al mismo tiempo, prosiguió la expansión militar iniciada por sus predecesores, aunque no pudo someter a los pueblos enemigos de Tlaxcala y Texcoco y fracasó en sus expediciones a Guatemala y Nicaragua, territorios asiduamente frecuentados por los mercaderes aztecas.
En 1518, informado de la presencia de las naves del explorador español Juan de Grijalva en la costa de Yucatán, el soberano azteca envió emisarios y regalos a los extranjeros, a quienes tomó por enviados del dios de la sabiduría Quetzalcóatl, «la serpiente emplumada», para anunciar su retorno.
En efecto, según una creencia muy extendida entre los pueblos mesoamericanos (aztecas, mayas, toltecas, etc.), tras haberse enfrentado a Huitzilopochtli, dios de la guerra, Quetzalcóatl había partido hacia oriente atravesando el mar, no sin antes prometer que volvería en el año azteca de Ce Acatl, fecha que correspondería al año 1519. Cuando la expedición de Hernán Cortés desembarcó en sus costas, Moctezuma no dudó en identificar al conquistador con Quetzalcóatl y, en noviembre de 1519, lo recibió solemnemente en Tenochtitlán y lo colmó de valiosos presentes.
Sin embargo, a los pocos días, Cortés, preocupado por la idea de que su vida y la de sus hombres dependiera tan sólo de la voluntad del emperador, decidió llevar a cabo una audaz maniobra y hacer prisionero a Moctezuma, con la intención de someterlo y mantenerlo en el poder de un modo simbólico. El ardid de Cortés tuvo éxito, pero la humillante retención del emperador provocó un creciente malestar entre los aztecas, acentuado por el comportamiento sacrílego de los españoles hacia Huitzilopochtli, que con sus ofensas herían en lo más vivo las creencias indígenas.
La tensión estalló en junio de 1520, durante la celebración de la fiesta de Toxcatl, día en que millares de aztecas, desarmados y vestidos únicamente con ricas plumas y joyas preciosas, se reunieron en la plaza principal de la ciudad para iniciar una danza ritual y fueron masacrados por los hombres de Pedro de Alvarado, lugarteniente de Cortés. A raíz de este suceso, la aristocracia azteca depuso a Moctezuma y nombró como sucesor a su hermano Cuitláhuac, quien encabezó la revuelta contra los extranjeros.
Tras cinco días de violentos combates, Cortés intentó utilizar al destronado emperador para negociar la obtención de un salvoconducto que permitiera a sus tropas salir de la capital, pero cuando Moctezuma se dirigió a la multitud enfurecida fue apedreado; murió tres días más tarde a consecuencia de las heridas sufridas. En cuanto a los españoles, poco antes de la medianoche del 30 de junio de 1520 iniciaron una desastrosa retirada de Tenochtitlán, en el transcurso de la cual sufrieron numerosas bajas, episodio que ha pasado a la historia con el nombre de La Noche Triste