Poeta español. Hombre de profundos estudios, cursó dos carreras universitarias entre los años 1904 y 1908, Análisis Químico en la Universidad de Friburgo (Alemania) e Historia del Arte en la Universidad Central de Madrid. Trabajó en el Centro de Estudios Históricos, y desde 1931 hasta 1936 fue director del archivo de palacio. En 1937 se exilió a México a causa de la guerra civil española, y permaneció en dicho país hasta su muerte
Considerado un autor de transición entre la Generación del 98 y la del 27, se caracterizó por su estilo sobrio e intelectual. Sus primeros poemarios, Garba (1913), El pasajero (1914), Luchas de "Pena" y "Alegría" y su transfiguración (1915) y Evoluciones (1918), marcados por sus inquietudes ideológicas y una tendencia hacia el simbolismo, anuncian en cierto modo a Lorca por su empleo del neopopularismo andalucista.
Su contacto con la Residencia de Estudiantes de Madrid lo aproximó a la Generación del 27. Publicó entonces Colección (1924) y Jacinta la pelirroja (1929), retrato en clave antirromántica de su frustrada relación con una joven judía neoyorquina, y algunas obras cercanas al surrealismo como Carambas (1931), Puentes que no acaban (1933) y Salón sin muros (1936). Sus últimas obras, Puerta severa (1941) y La noche del Verbo (1942), cargadas de nostalgia, tratan sobre su exilio en México
(Santa Cruz de la Sierra, 1834 - Valparaíso, 1908) Polígrafo boliviano. Residió muchos años en Santiago de Chile, donde explicó Literatura en la Universidad y fue director de la Biblioteca Nacional. Algunos críticos atribuyeron injustamente a esta circunstancia lo que calificaban de desconocimiento de la realidad nacional boliviana en el autor
René Moreno señaló las lacras nacionales y llegó lejos en su crítica, atacando con dureza la significación y la obra de indios y mestizos en la estructuración nacional y manifestando cierta tendenciosidad al estudiar la obra del criollo y de la colonia. Sin embargo, la calidad de su prosa, sus dotes de investigación y su paciencia de recopilador hacen de él una figura señera en el campo de las letras bolivianas.
Su obra más interesante se titula Los últimos días coloniales en el Alto Perú. Después de este trabajo siguen en interés, en el conjunto de su producción, Las matanzas de Yáñez y el Catálogo del archivo de moxos y chiquitos (1888), con una muy estimable Introducción. Cultivó la biografía con amenidad y escribió las de Néstor Galindo (1868), Daniel Calvo (1870), José Ballivián (1894) y Nicomedes Antelo, estas dos últimas las mejores.
Entre el resto de sus numerosas publicaciones destacan Introducción al estudio de los poetas bolivianos (1864), que nos muestra al critico en silueta no desdeñable; Anales de la prensa boliviana (1886); Bolivia y Argentina (1901) y Bolivia y Perú (1905), verdaderos caudales bibliográficos con notas diversas; y La Real Audiencia de Charcas. Como historiador y crítico recibió la influencia de Taine y Saint