Poeta y narrador francés, autor de más de un centenar de obras. Frecuentó el medio literario de Proust, y fue amigo de Cocteau, y de los compositores Georges Auric y Darius Milhaud, integrantes del Grupo de los Seis
Estudió ciencias políticas e inició una carrera diplomática como agregado de la embajada en Londres, en 1913. Trasladado a Roma, en 1917 publicó su primer relato, Clarisse, en Le Mercure de France y escribió los poemas de Lampes à arc. De regreso a París, su primer libro de relatos, Tiernas mercancías, apareció en 1921 con un prólogo de Proust. Luego se publicaron Ouvert la nuit (1921), Fermé la nuit (1923), Lewis et Irène (1924).
Denominó Chroniques du XIX siècle a un conjunto de cuatro volúmenes en los que trató los temas de Europa, la negritud, los países asiáticos, América del Norte: L´Europe galante (1925), Magie noire (1928), El Buda viviente (1927), Campeones del mundo (1930). En los años treinta obtuvo algunos de sus mayores éxitos con los retratos de ciudades: Nueva York (1930), Londres (1933) y también con un ensayo sobre la "Belle Èpoque", 1900 (1931).
En 1936 publicó Milady, relato que cuenta una pasión entre un jinete y su caballo y al que se considera su obra maestra. Siguieron L´Homme pressé (1941), Hécate et ses chiens (1954) y La Folle Amoureuse (1956). La publicación de Nouvelles dune vie (1965) le valió una especie de consagración. En 1968 fue elegido miembro de la Academia Francesa. Venecias (1971) constituyó la coronación de su carrera y de su obra
(Bolonia, 1890- id., 1964) Pintor y grabador italiano. Estudiante de la Academia de Bellas Artes de Bolonia, se centró en el grabado y en la pintura de paisajes y de naturalezas muertas, dominantes en su producción. Influenciado en sus inicios por los maestros italianos (Giotto, Uccello, Masaccio) y, con posterioridad, por Cézanne, el cubismo y el futurismo, su obra adquirió de forma paulatina una orientación metafísica. Desde 1920 se dedicó a la investigación de la realidad objetual (botellas, jarrones, cajas) y paisajística, reducida a su sobriedad esencial