Escritora, periodista y viajera británica de amplio reconocimiento internacional. Además de una pródiga carrera en la literatura, fue militar y corresponsal de guerra, y sus innumerables viajes, que trasladó a sus libros, la llevaron a coronar la cima del Everest
Jan Morris nació varón, y sus padres le pusieron el nombre de James Humphrey Morris. Desde muy joven, y tal como ella ha explicado en numerosas ocasiones, se sintió “una mujer atrapada en el cuerpo equivocado”. Estudió en el Lancing College de Sussex. Ya en la adolescencia demostró que le interesaba el periodismo y trabajó para el diario Bristol’s Western Daily News
Jan Morris
En esa época vivió el estallido de la II Guerra Mundial. Decidió alistarse e ingresó en la prestigiosa academia militar británica de Sandhurst. Allí se graduó como oficial de inteligencia y se incorporó al servicio activo en los instantes finales de la contienda. Por aquel entonces James fue destinado a Palestina (bajo mandato de Gran Bretaña durante esos años) e Italia
Sus años como militar fueron duros, ya que allí tuvo que ocultar que se sentía mujer. Como ha definido en alguna ocasión, “me sentí como un espía en un cortés campo enemigo”. Pero su estancia en el ejército le despertó el instinto viajero al visitar con su regimiento diversas partes del mundo, como Oriente Medio, Malta o Austria
Permaneció en el ejército hasta 1949. Ingresó entonces en Oxford para estudiar filología inglesa y volvió a las labores periodísticas al participar como editor de la revista de los estudiantes. Ese mismo año se casó con Elizabeth Tuckniss, con quien tendría cinco hijos (uno de ellos fallecería al poco de nacer) y con quien ha compartido toda su vida desde entonces, aunque por ley están divorciados
Tras finalizar sus estudios en Oxford, Morris entró a trabajar para el prestigioso periódico The Times. El diario le mandó cubrir la expedición de John Hunt al Everest, y Morris se apuntó una de las grandes exclusivas del siglo XX cuando anunció la coronación de la cima en 1953
Tras este éxito profesional trabajó una temporada en The Guardian. En estos años, y aprovechando su experiencia como corresponsal, empezó a escribir los primeros ensayos y libros de viajes, como The Market in Seleukia o Coronation Everest. Conoció por aquel entonces a personajes tan influyentes como el Che Guevara, el cazador de nazis Simon Wiesenthal o el sultán de Omán, al tiempo que cubriría acontecimientos destacados como el juicio al dirigente nazi Adolf Eichmann en 1961
Pero a mediados de la década de 1960 abandonó la carrera periodística, ya que consideraba que le había sacado todo el jugo, y decidió dedicarse plenamente a escribir libros. Había obtenido un gran éxito de crítica con el libro de viajes Venecia, por el que recibió el premio Heinemann. Morris siempre ha dicho que la ciudad de los canales es uno de sus lugares preferidos para viajar, la considera una ciudad “con miles de imágenes que cristalizar” y siempre se ha rendido a su aire melancólico de viejo imperio
Otra de sus grandes obras sobre viajes fue Ciudades, publicada en 1963 y que recogía numerosos artículos publicados en diversas revistas y diarios como Rolling Stone o The New York Times. En 1964 publicó un libro de viajes por España, tras haber recorrido todo el país con su esposa y uno de sus hijos en una furgoneta. Asimismo, fueron los años en los que decidió por fin sentirse bien consigo mismo y realizar el tan ansiado cambio de sexo
Morris afrontó el reto de cambiar de sexo a la vez que despegaba en su carrera literaria. Comenzó un tratamiento de hormonas de estrógenos a finales de la década de 1960 y recibió el apoyo incondicional de su esposa. Mientras, también comenzó a escribir la trilogía Pax Británica, un ensayo histórico sobre el auge y la caída del Imperio Británico. Sus tres partes fueron publicadas en 1968, 1973 y 1978, respectivamente
En 1972 pudo someterse a la operación de cambio de sexo. Tuvo que realizarla en Casablanca, Marruecos, ya que los médicos británicos le desaconsejaban hacerla mientras no rompiera la relación con su pareja. Pero Morris se negó a hacerlo, ya que la relación entre ambos era muy buena, y siempre ha agradecido el apoyo que recibió de Elizabeth
James Morris contactó con el cirujano francés George Burou, un experto de reconocido prestigio en la materia, y aceptó llevar a cabo la operación. A pesar de la dureza de la intervención, que la propia Morris definió como una violación sangrienta, por fin tuvo el cuerpo que desde tan joven había deseado. Cambió su nombre por el de Jan
Relataría estas experiencias en un libro autobiográfico conmovedor: Conundrum (El enigma, 1974). Su visita a Casablanca, afirmó, fue como la visita a un mago: “Yo me veía como un personaje de cuento de hadas a punto de ser transformado. ¿De pato a cisne? ¿De sapo a príncipe? Era más mágico que cualquiera de aquellas transformaciones, me respondí: de hombre a mujer. Ésa era la última ciudad que vería como hombre”. Sin embargo, no todo el mundo vería con buenos ojos la historia autobiográfica que explicaba, incluidos algunos críticos literarios
A pesar de estos momentos de incomprensión, Morris supo reponerse y continuó escribiendo. En la década de 1970 siguió con sus relatos sobre viajes, entre los que destaca Lugares, una compilación de ensayos sobre lugares tan diferentes e interesantes como la India, Irlanda, Malta, Capri o Fidji. También continuó con su pasión por Venecia y en 1980 publicó El Imperio veneciano, un repaso al esplendoroso pasado de la ciudad italiana, que tanto fascina a Morris. La década de 1980 le reportó uno de los momentos de mayor creatividad literaria. Publicó Wales: The First Place (1982) y The Matter of Wales (1984) sobre su amada tierra natal, de la que siempre se ha sentido tan orgullosa
En 1985 dio el salto a la novela, pero sin perder de vista su espíritu viajero. En esa fecha publicó Last Letters from Hav, en la que recreaba una ciudad imaginaria, Hav, que reunía características de los diversos lugares que había visitado a lo largo de su vida y por la que la imaginación de la escritora hacía desfilar a personajes históricos tan dispares como Marco Polo o Adolf Hitler. Veintiún años después publicó una segunda novela también dedicada a este imaginario lugar: Hav
La historia siempre ha sido una constante en la producción literaria de Morris, y en numerosas ocasiones ésta ha convivido con los relatos de viajes. Buena muestra de esta fusión es Destinations (1980), obra en la que viaja a lugares en momentos de especial relevancia, como por ejemplo Washington durante el Watergate o El Cairo durante los conversaciones de paz entre israelíes y egipcios. Ocho años después publicó Hong Kong, donde volvió a mostrar su interés por los ocasos imperiales, al describir el ambiente de la ciudad asiática cuando la presencia británica se acercaba a su fin
En un terreno más puramente histórico publicó una biografía del almirante lord Fisher, creador de los acorazados modernos para la Royal Navy, un personaje al que Morris siempre ha admirado porque “no le importaba lo que los demás pensasen de él, era brillante en su oficio, iconoclasta y egocéntrico; la más brillante personalidad de la marina británica desde lord Nelson”. También dedicó una biografía al presidente estadounidense Abraham Lincoln, Lincoln: A Foreigner Quest
Desde finales de la década de 1990, Morris ha cultivado su pasión por su Gales natal y su cultura. Ha recibido el reconocimiento de sus compatriotas, con sendos doctorados honoris causa por las universidades de Gales y Glamorgan. En ocasiones se ha definido como republicana y nacionalista galesa. En 2002 publicó La casa de una escritora en Gales, donde explicaba su decisión de vivir en la casa rural de sus antepasados y reflexionaba sobre el significado de ser galés. En 2007 publicó Un mundo escrito, una autobiografía a través de estampas recogidas durante medio siglo en el marco de sus viajes por el mundo
(Kansas City, 1931) Artista estadounidense. Encuadrado en la tradición del arte conceptual, explora las múltiples relaciones existentes entre la obra, el artista, el público y el espacio circundante, con una especial atención al proceso mismo de creación de la obra, en el que tanto el espacio como los materiales empleados se transfiguran poéticamente (Observatorios, 1971; Laberintos, 1974). En la expresión artística recurre a la utilización de formas simples, por lo que cabe considerarlo como uno de los precursores del arte minimalista a comienzos de la década de los sesenta y como autor de obras antiformales: arreglos de Fieltros recortados (a partir de 1967), amontonamientos de tierra y basuras (1968), bloques de piedra (1977). Autor también de series de dibujos como Blind Time (1986)