Político italiano. Como profesor de derecho en la Universidad de Bari, Moro ostentó la presidencia de diversas organizaciones católicas civiles durante la Segunda Guerra Mundial e inmediatamente después del conflicto bélico. Elegido diputado de la Asamblea Constituyente en 1946, ocupó durante las décadas de 1940 y 1950 diversos e importantes cargos gubernamentales como secretario de Asuntos Exteriores, ministro de Justicia o ministro de Instrucción Pública.
En 1959 se convirtió en secretario general del Partido Democristiano, en un momento en el cual éste se debatía en una fuerte crisis interna. Como líder de los sectores moderados del partido, en 1960 se alió con los socialistas para forzar la renuncia del primer ministro Fernando Tambroni, máximo representante del ala democristiana más conservadora. Moro prolongó su estrecha relación con los socialistas al incluir en 1963 a varios ministros de dicha corriente ideológica en su primer gobierno.
En 1965 asumió temporalmente la doble función de primer ministro y ministro de Asuntos Exteriores, faceta en la que destacó como valedor de los compromisos de Italia con la OTAN y las Naciones Unidas. La renuencia de Moro a la hora de afrontar algunas de las reformas acordadas con sus aliados socialistas provocó que estos últimos le retirasen su apoyo político y con ello su momentánea dimisión en 1966, que apenas duró un mes.
A partir de 1968, Moro fue primer ministro como cabeza del Partido Democristiano en dos ocasiones (1968 y 1976), en las que apenas cumplió un año al frente del gobierno, y en coalición con los republicanos, en una (1974-1976). Como presidente democristiano, siguió desempeñando un importante papel en la política italiana hasta que el 16 de marzo de 1978 fue secuestrado por miembros de las Brigadas Rojas. Tras negarse el gobierno a liberar a trece presos de la organización terrorista, Moro fue asesinado el 9 de mayo, lo que provocó la consternación en todos los estratos de la sociedad italiana
(Utrecht, h. 1519-Amberes, 1576) Pintor flamenco. Se formó en Utrecht, en el taller de Jan Van Scorel. A su maestro y a Tiziano, a quien conoció en la dieta de Augusta, debe los principales rasgos de su estilo. En la corte de María de Hungría, en la cual fue introducido por el cardenal Antoine Perrenot de Granvela, conoció al futuro Felipe II, quien se llevó a Moro a Inglaterra, en 1544, cuando viajó a Londres para contraer matrimonio con María Tudor. Al pintor se le encargó que realizara un retrato de la reina, obra en la que resplandece ya lo esencial de su estilo.
Más tarde, cuando Felipe II regresó definitivamente a España en 1559, lo hizo acompañado de Antonio Moro, que fue nombrado pintor del rey. Pero el artista permaneció poco tiempo en España. Por razones que se desconocen, regresó a su patria en 1560, donde, sin embargo, siguió firmando sus obras con el título de pintor de Felipe II.
Se había formado como retratista, y al retrato dedicó toda su carrera, concretamente al retrato áulico o cortesano. Sus obras, de gran uniformidad estilística, suelen presentar al modelo de tamaño natural, de tres cuartos, medio cuerpo o cuerpo entero y destacado sobre un fondo neutro, por lo general oscuro.
La precisión fisionómica es absoluta pero carente de expresividad: le interesa más la dignidad del modelo, su rango, que su personalidad. El personaje aparece representado con gran sobriedad, sin ningún detalle alegórico o innecesario, pero tanta austeridad queda un tanto aliviada por el exquisito tratamiento de las calidades y por la atención prestada a la vestimenta y las joyas, representadas con extraordinaria minuciosidad.
Su obra, en la que destaca el mencionado retrato de María Tudor, ejerció una enorme influencia en el desarrollo del retrato aristocrático, sobre todo en España, donde Moro tuvo un destacado continuador en Sánchez Coello