Escritor y político puertorriqueño. Miembro de la Unión Autonomista Liberal. Ministro de Gracia, Justicia y Gobierno en el gobierno autonómico en 1898-1899. Líder del Partido Federal, combatió la ley Foraker, que establecía un estatuto colonial para Puerto Rico, y participó en la redacción de la ley Jones (1917), que concedía la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños
(Puerto de Santa María, 1881 - Paracuellos del Jarama, 1936) Dramaturgo español. Practicó la abogacía y fue profesor particular, pero su verdadero oficio fue el de autor teatral. Máximo representante del teatro humorístico de principios del siglo XX, sus obras gozan aún de una gran popularidad. Su habilidad para versificar y para los juegos de palabras, junto a la distorsión grotesca de la realidad que presentaba en sus piezas, crearon el llamado "astracán", una variante del género chico.
Aunque por su falta de autocrítica es considerado un autor menor, y a pesar de que sus obras halagaron en exceso a los sectores conservadores, lo cierto es que su teatro cosechó un éxito popular rotundo, hasta el punto que se hizo costumbre aprender de memoria fragmentos de sus estrenos, especialmente de La venganza de don Mendo (1918), parodia delirante de los dramas medievales.
Muñoz Seca alcanzó éxitos resonantes. Entre sus obras más célebres pueden citarse Los extremeños se tocan, zarzuela sin música; Usted es Ortiz (1919), burla de las tendencias superrealistas; Faustina (1919) y Satanelo (1930), visiones jocosas del mito de Fausto; La plasmatoria (1935), con el tema del espiritismo y la reencarnación del Tenorio. También escribió farsas como La caraba (1922), y Calamar (1927), sátira contra el mundo del cine; y La oca (siglas de una imaginaria Libre asociación de "obreros cansados y aburridos"), una sátira antiobrera.
En El roble de la Jarosa (1915) intentó la comedia seria. Colaboró con frecuencia con Pedro Pérez Fernández. El teatro de Muñoz Seca puede valorarse como un antecedente de la obra humorística audaz, pero inteligente y sólida, de Enrique Jardiel Poncela. Muñoz Seca, que en varias ocasiones había manifestado desde la escena sus ideas antirrepublicanas, murió asesinado por las turbas en la revolución de julio de 1936