Político puertorriqueño, gobernador de Puerto Rico entre 1948 y 1964 y principal artífice de la concesión del estatuto de Estado Libre Asociado para la isla por parte del gobierno estadounidense en 1952
Pertenecía a una influyente familia vinculada a la política. Su padre, el escritor Luis Muñoz Rivera, había sido una de las principales voces del independentismo puertorriqueño a fines del siglo XIX. Pasó su primera juventud en Estados Unidos, donde su padre desempeñó el cargo de comisario residente ante el Congreso entre 1910 y 1916.
Luis Muñoz Marín
Tras la muerte de su padre ese último año, Muñoz Marín permaneció en Estados Unidos para completar su formación académica. Estudió Derecho en la Universidad de Georgetown (Washington D.C.) y Periodismo en la de Columbia (Nueva York). Durante estos años, comenzó a publicar asiduamente en periódicos y revistas, trabajó como traductor y escribió sus primeras obras de poesía.
En 1926 regresó a Puerto Rico para incorporarse a la dirección del diario La Democracia, fundado por su padre. Su vocación política fue, teniendo en cuenta sus antecedentes familiares, tardía. En 1932, con treinta y cuatro años, ingresó en las filas del Partido Liberal Puertorriqueño. Fue elegido senador poco después.
Al igual que había hecho su padre, Muñoz Marín abrazó la causa del independentismo, asociándose al ala más radical de los liberales, que reclamaba la completa desvinculación respecto a Washington. A la independencia se oponían tanto los conservadores como los liberales moderados, que veían en ella una amenaza para los privilegios de la oligarquía puertorriqueña, cuyos intereses económicos estaban estrechamente vinculados al capital norteamericano.
En 1937 Muñoz Marín fue expulsado del Partido Liberal por sus proclamas independentistas. Al año siguiente fundó el Partido Popular Democrático (PPD), que llevó a cabo una fuerte campaña en pro de la independencia y de una mayor justicia social.
Con ello, se atrajo el apoyo de buena parte del campesinado sin tierras y pronto se convirtió en una de las principales figuras políticas de la isla. En las elecciones de 1940, el PPD consiguió la mayoría parlamentaria y Muñoz Marín fue elegido presidente del Senado, cargo que no abandonaría hasta 1948
A pesar de su defensa del independentismo, sus relaciones con la metrópoli norteamericana fueron en todo momento excelentes. De hecho, Muñoz Marín fue uno de los principales impulsores en Puerto Rico de la aplicación del plan económico de desarrollo del presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt.
Desde su acceso al cuerpo legislativo, sus opiniones a favor de la independencia fueron moderándose, y en 1943 abogó abiertamente por una solución autonomista para Puerto Rico. Colaboró con el gobernador designado por Washington, Rexford G. Tugwell, para poner en marcha el llamado plan Bootstraps, un programa de desarrollo económico acelerado para la mejora de la producción agrícola e industrial puertorriqueña, que obtuvo resultados espectaculares en los años siguientes.
Este acercamiento de Muñoz Marín a Washington provocó una fuerte crisis interna en las filas del PPD, del que en 1946 se desgajó el Partido Independentista Puertorriqueño, que recogió el independentismo original de la formación.
En 1948 Estados Unidos concedió a la isla el derecho a elegir a su propio gobernador y delegó en éste todos los poderes ejecutivos para la administración de la isla. En las elecciones de noviembre de ese año, Muñoz Marín obtuvo una mayoría abrumadora. Se convirtió en el primer gobernador puertorriqueño elegido democráticamente y sin intervención de la Casa Blanca.
Tomó posesión del cargo en enero de 1949 y, firmemente apoyado en sus logros económicos, fue reelegido gobernador en 1952, 1956 y 1960. Durante sus cuatro mandatos consecutivos, Puerto Rico no sólo experimentó un rápido crecimiento económico sino también una definitiva consolidación de sus instituciones democráticas. Las bases de su política económica fueron la diversificación de la producción agraria, el desarrollo industrial y la atracción de inversores extranjeros.
En 1950 su gobierno sometió a plebiscito popular la aprobación de una serie de enmiendas destinadas a regular las relaciones entre Puerto Rico y Estados Unidos en el sentido de una mayor autonomía. Las gestiones de Muñoz Marín ante el gobierno norteamericano lograron que, el 3 de julio de 1952, éste reconociera a Puerto Rico el estatuto de Estado Libre Asociado. El 25 de julio, Muñoz Marín promulgó la nueva Constitución puertorriqueña.
En 1963 el gobierno de Estados Unidos le concedió la Medalla Presidencial de la Libertad. Al finalizar su cuarto mandato al año siguiente, Muñoz Marín rehusó presentarse a la reelección y volvió a ocupar su escaño como senador hasta 1970, año en que se retiró definitivamente de la política. Murió en la capital puertorriqueña a los ochenta y dos años. Entre sus numerosos escritos destaca Puerto Rico, la colonia americana
(Úbeda, 1956) Escritor español. Estudió Periodismo en Madrid, y se licenció en Historia del Arte en Granada. Inició su trayectoria literaria recopilando sus artículos periodísticos publicados en periódicos locales, y reunidos en dos libros de ensayos titulados El Robinsón urbano (1984) y Diario del Nautilus (1985).
Seguidamente, publicó su primera novela, Beatus Ille (1986), galardonada con el Premio Ícaro. En esta primera novela, expuso los elementos con que se caracterizan sus obras literarias: un interés en crear tramas sobre temáticas actuales para atraer la atención del lector, asimilar diferentes técnicas y realizar experimentos formales con la intención de mejorar la narración y exponer en sus obras su profundo compromiso con un pasado histórico, quizás demasiado olvidado.
Su segunda obra, titulada El invierno en Lisboa, de 1987, fue merecedora del Premio Nacional de Literatura y del Premio de la Crítica en 1988; en ella supo crear un argumento atractivo mediante la mezcla de distintos elementos tomados del cine negro, con referencias musicales del jazz. Beltenebros (1988) supuso un decisivo avance en la trayectoria del autor, ya que consiguió una gran popularidad tras ser adaptada como guión cinematográfico. La novela describe las impresiones del capitán Darman, un exiliado político que regresa a Madrid para eliminar a un confidente y que revive una misión similar cumplida años atrás.
Su trayectoria literaria continuó con Córdoba de los Omeyas (1991) y El jinete polaco (1991), que obtuvo en 1991 el Premio Planeta y en 1992 el Nacional de Narrativa, recibiendo el autor ese mismo año el Premio Nacional de Traducción. Publicó después un volumen de relatos, Nada del otro mundo (1993), el estudio Sostener la mirada, imágenes de las Alpujarras (1993) y una novela corta, El dueño del secreto (1994), que describe una conspiración contra el general Franco.
En 1995 publicó Ardor guerrero, relato crítico centrado en sus experiencias durante el servicio militar. El mismo año fue elegido miembro de la Real Academia Española. En 1997 apareció Plenilunio, considerada por la crítica como su obra de mayor madurez. Se trata de una historia de intriga donde el crimen es sólo la excusa para caracterizar, de manera ambivalente, a una serie de personajes.
Otras obras suyas son Pura alegría (1998), un ensayo en el que incluye su discurso de ingreso en la Real Academia y varias conferencias sobre la creación literaria; Las huellas de unas palabras (1999); Carlota Fainberg (1999) y En ausencia de Blanca (2000). Posteriormente publicó Sefarad (2001), La vida por delante (2002), Ventanas de Manhattan (2004) y El viento de la Luna (2006).